Las brujas y las ONG

Por supuesto que esto de las ONG no es tan antiguo como lo de las brujas porque las Organizaciones No Gubernamentales recién comienzan a “popularizarse”  a raíz de la invitación recibida por algunas organizaciones sociales por parte de la Organización de Naciones Unidas, ONU, en la...

Por supuesto que esto de las ONG no es tan antiguo como lo de las brujas porque las Organizaciones No Gubernamentales recién comienzan a “popularizarse”  a raíz de la invitación recibida por algunas organizaciones sociales por parte de la Organización de Naciones Unidas, ONU, en la década de 1960, para asistir sus asambleas como invitadas. Es que sucede que la ONU es una organización de Estados y  las ONG  no lo son, entonces, hubo que diferenciar niveles y aceptarlas en un ámbito que no es el suyo. A esta altura debe haber ya más de un arrepentimiento por esa invitación.Pero no hagamos historia y, parodiando a Bertold Brecht preguntémonos si será realmente malo que haya brujas y si no será peor que haya solo cacería de brujas. Luego lo explicaremos. Ahora, para seguir con el tema, en Bolivia “se tiene conocimiento de la existencia aproximadamente de 667 ONG oficialmente registradas” de acuerdo a datos de JICA (Japan International Cooperation Agency) , que es una agencia de cooperación japonesa, pero en este caso si es gubernamental.Con semejante proliferación era inevitable la “ONG-ización de la política”, que se debe interpretar como despolitización, vaciamiento del contenido político del concepto de ciudadano, o sea, “ser ciudadano se hace sinónimo de consumidor de determinados «servicios no gubernamentales» con ausencia absoluta de una conciencia de conflicto”.Lo último que supimos es que una ONG llamada Nizkor ha sido denunciada por estar involucrada en un conflicto entre la gubernamental YPFB la no gubernamental Asamblea del Pueblo Guaraní, y la trasnacional Repsol, todas ellas empapadas de ese líquido viscoso que ensucia especialmente las conciencias: el petróleo.Y solo a manera de ejemplo, citamos dos casos adicionales: Mapiripán, que es el nombre de un pueblo en Colombia, donde hubo una masacre, que fue manipulada por una ONG de abogados, para sacarle al estado colombiano una millonada, que deberían devolver, si prospera la acción judicial que ya está en marcha y que involucra también a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y otro, más reciente identificado con Las Pavas, donde también una ONG manipuló un desplazamiento campesino, aparentemente para repetir lo de Mapiripan.Sería mejor entonces, que algunas de las muchas oeneges que actúan aquí y en otros países decidan, mejor, convertirse en partidos políticos, porque así tendrían que atenerse a reglas claras y no habría modo de hacer cacería de brujas.Y terminemos con lo que decía Brecht, para cumplir lo mentado: ¿Quien más daño le hace la sociedad. El que asalta un banco o el que lo funda?

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