Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

¿Para qué sirven las marchas y bloqueos?

Los ciudadanos que no participan de la marcha de turno suelen enfadarse por los perjuicios que ocasiona y resignarse a “así no más es” en nuestro país, por ello, buscan vías alternas para movilizarse y continuar con sus actividades. A lo mejor algún momento le tocará salir a luchar por...

Los ciudadanos que no participan de la marcha de turno suelen enfadarse por los perjuicios que ocasiona y resignarse a “así no más es” en nuestro país, por ello, buscan vías alternas para movilizarse y continuar con sus actividades. A lo mejor algún momento le tocará salir a luchar por sus derechos, por supuesto, en otra marcha.Los bloqueos de caminos o de calles son también parte de nuestro calendario de actividades, normalmente con mayor contundencia que las marchas pero con similares objetivos.Poco a poco, en la historia democrática del país, las marchas se han convertido en un sistema de expresión de demandas así como de presión para conseguir las mismas, unas son numerosas otras paupérrimas, en algunos casos las personas saben por qué participan de la marcha mientras que en muchos otros lo ignoran o expresan razones distintas. Lo mismo sucede con los bloqueos pero con el añadido de que generan un perjuicio mayor para quienes no son parte del mismo y sufren las consecuencias.Marchas, bloqueos y paros son un habitus social  que tiene como objetivo conseguir aquello que se demanda del poder político a fuerza de presión social: son parte de los mecanismos de lucha, por lo que se considera que son derechos del grupo que ejerce la presión.Actualmente la marcha en defensa del TIPNIS por parte de los indígenas de tierras bajas es la que concentra la atención principal en el escenario político del país. Sobre ella se cierne la sombra de enfrentamientos y bloqueos para impedir su paso  por la ausencia de diálogo y soluciones.En la marcha se dieron muertes, el cansancio es un factor de disgregación, se vierten acusaciones de parte del gobierno y los indígenas para descalificarse mutuamente, el diálogo no es tal, a la demanda inicial se han añadido más de una decena de puntos para negociar y el presidente no va al diálogo. La realidad que se vive en dicha marcha nos debe llevar a cuestionar este sistema de protesta social,  que únicamente sacrifican personas, generan perjuicios a terceros y normalmente no resuelven las problemáticas con eficiencia y claridad. Sin embargo, no se trata de afirmar que no se deben utilizar recursos de protesta y presión social hacia el poder político. Tales recursos son legítimos y en ciertos casos necesarios, plenamente justificados y vitales. Lo que cuestiono es que tales mecanismos, que en nuestro país son un complejo sistema de relaciones de poder, son ineficaces a la hora de interpelar al poder político en la actualidad.Lo más cuestionable de todo es que los líderes políticos que se encuentran en función de gobierno no son sensibles a la vivencia de las personas movilizadas  dado que nunca les afecta directamente ni son perjudicados personalmente por los que marchan, bloquean o son bloqueados, su lógica es otra, y deviene de la correlación de fuerzas. De tal manera que los líderes políticos y dirigentes que permiten el sacrificio de sus conciudadanos y no resuelven los problemas, no son dignos de ser sus representantes o gobernantes.

Más del autor