Intimidación

Un fiscal lo culpó de haber lucrado ilegalmente de fondos reservados. Este caso corresponde al mamotreto de “Gastos reservados II” que engloba especialmente a funcionarios de gobiernos anteriores.  Bajo la rúbrica genérica de gastos reservados cabe todo.  Es un comodín útil para...

Un fiscal lo culpó de haber lucrado ilegalmente de fondos reservados. Este caso corresponde al mamotreto de “Gastos reservados II” que engloba especialmente a funcionarios de gobiernos anteriores.  Bajo la rúbrica genérica de gastos reservados cabe todo.  Es un comodín útil para cualquier operación políticamente represiva e intimidatoria. Así es cómo algunos entienden el “cambio”.  Después de que Juan Antonio Morales fue aprehendido y una vez que probó el sabor amargo de las rejas y el olor hediondo del  calabozo, entonces sí, apareció el juez magnificente que se dignó concederle la detención domiciliaria, sin permisos de salir al trabajo sin escolta, y le impone el arraigo por cautela judicial, no sea que el detenido tuviese intenciones de huir al extranjero con el botín sustraído alevosamente de las arcas del Banco Central de la República de Bolivia… !  ¿Cree el gobierno y sus funcionarios que han acabado con la buena reputación del ciudadano Juan Antonio Morales?  Se equivocan. La prueba más fehaciente es que  reacción no tardó en producirse. Tal y como es su deber,  la prensa independiente se hizo eco de este nuevo caso de intimidación y revanchismo.  Me sumo a esa llamada de atención.El hecho no es aislado.  Uno de los instrumentos utilizados para el cambio es sembrar el miedo.  No importa si, de paso, se enloda la buena reputación de  ciudadanos dignos y prestigiosos, pero que no se han plegado al dictat del poder absoluto.  Pero es sabido que el detentador del poder absoluto que amenaza con el miedo a la represalia es que ha empezado a darse cuenta de que ha perdido el respeto y la confianza de la gente de buena voluntad y que antes le apoyó.  Hago votos para que el régimen dominante abra los ojos a las realidades sociales y políticas – jurídicas en el caso que nos ocupa – y enmiende errores corregibles.   Las equivocaciones incorregibles tendrá que pagarlas en su momento.Una segunda finalidad – varios comentaristas lo hemos dicho repetidas veces -  es distraer la atención del público, de otros problemas  graves que preocupan a los ciudadanos conscientes de la situación próxima al caos por le que el país está precipitándose. . Pongamos por caso, la marcha de los pueblos originarios que el Gobierno no ha logrado contener.  O el escandalazo – cada vez más estruendoso de la penetración cocalera y narcotraficante.  El conflicto del  TIPNIS ha servido, entre otras cosas, para desengañar a los ingenuos sobre la voluntad gubernamental de practicar una política ecologista. El caso Sanabria que se ventila en un juzgado de Florida está presentando al mundo una imagen de Bolivia, paraíso de la droga.  Y para terminar, presento mis excusas a los habituales lectores de esta columna por haber fallado un par de días en la entrega de mis habituales comentarios.  Cosas de la edad provecta que se cobra su derecho de peaje con las servidumbres de la salud.

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