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Desde la tierra “¿Votarás en blanco?” “no, votare nulo”

Dos muchachos y una chica. Uno le preguntó al otro:- ¿Ya estás inscrito?- Umm (respuesta dudosa con boca llena)- ¿Vas a votar?- …(Termina bocado y seguramente hace alguna señal)- ¿Vas a votar en blanco?- No, votaré nulo. Cómo voy a votar en blanco para que después alguien marque  mi...

Dos muchachos y una chica. Uno le preguntó al otro:- ¿Ya estás inscrito?- Umm (respuesta dudosa con boca llena)- ¿Vas a votar?- …(Termina bocado y seguramente hace alguna señal)- ¿Vas a votar en blanco?- No, votaré nulo. Cómo voy a votar en blanco para que después alguien marque  mi papeleta para favorecer a alguno de los candidatos… No votaré nulo, aprovecharé para escribir unas cuantas verdades. Hay que decir a todos que voten nulo, no blanco, porque el blanco será usado para el fraude.La chica seguía en silencio, ellos continuaron comentando sobre las próximas elecciones para magistrados. Uno nombra a mi padre Huáscar Cajías, esas épocas idas, cuando había confianza en la Corte Nacional Electoral… La chica sigue en silencio.Debo retornar a mi seminario de Historia. Salgo y los miro. Especulo conmigo misma. Seguramente son universitarios. Quizá estudian en la carrera de Ciencias Jurídicas. Quizá pasan diariamente los umbrales de la Universidad Mayor de San Francisco Xavier, la misma sede de jóvenes como ellos que revolucionaron estos territorios hace doscientos años.Para el primer chico, los comicios de octubre serán su primer ensayo de ciudadano activo. No parecía serle grato el asunto. ¡Cuántos como ellos estarán desorientados sobre los candidatos! También los adultos no tendrán información para elegir entre una u otra persona.Preocupa el alejamiento de la juventud de un proceso que en diciembre de 2005 lo festejaban en las calles como algo propio. Una de las primeras señales complicadas fue en enero de 2007 en las plazas y puentes de Cochabamba. Incidentes innecesarios culminaron con dos muertes, una de ellas de un joven urbano, el amigo del amigo, del vecino, del colegio. Entonces se recogían los comentarios de los muchos hijos, incluso de renombrados izquierdistas que dejaron de creer en el gobierno.Después se sumaron los choques en Caranavi, otra vez muertos jóvenes. O la protesta de Potosí. En La Paz, pese a la guerra sucia y mucha publicidad, el gobierno perdió las elecciones en la Universidad Mayor de San Andrés. Es supremamente interesante leer revisas o boletines juveniles, escuchar composiciones, conocer sus crecientes redes sociales, donde sus temas de interés son ajenos a una revolución cultural y comunitaria que se suponía los tenía de protagonistas, de herederos.Un proceso sin jóvenes está envejecido; un proceso donde la visión que gana cada palmo de terreno es de cincuentones no crecidos en democracia corre el peligro de volverse a- histórica. ¿Dónde están los jóvenes en las movilizaciones, en las marchas oficialistas? Al contrario, observar la movilización post gasolinazo,  por lo menos cerca de la Plaza del Estudiante de La Paz, nos reveló una ira juvenil desde las laderas que dejamos a los sociólogos para interpretarla.Mi anécdota sucrense se repitió en La Paz. Esta vez en un taxi de Sopocachi al Prado. Surgió el tema con un joven conductor, también estudiante y le conté lo que escuché en Sucre. El fue más contundente: “¿Para qué perder el tiempo, nulo, blanco? Yo ni iré a votar. Prefiero quedarme en casa, estudiando…”

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