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Efecto de los vehículos “chutos” en la economía energética

Al incrementar el parque automotor necesariamente se debe incrementar el consumo de combustibles y de GNV.Se va a disparar “hacia arriba” las conversiones de GNV consecuentemente habría sobredemanda de kits (equipos) de conversión. También habrá incremento de utilización de electricidad...

Al incrementar el parque automotor necesariamente se debe incrementar el consumo de combustibles y de GNV.Se va a disparar “hacia arriba” las conversiones de GNV consecuentemente habría sobredemanda de kits (equipos) de conversión. También habrá incremento de utilización de electricidad en los talleres de conversión.Al haber menos combustible refinado en refinadoras bolivianas de seguro los responsables estatales van a echar mano de mayor importación, tanto de diesel como de gasolina, de Venezuela (de donde viene la mayor parte del diesel de consumo interno boliviano) o de otros países, con la consecuencia de una grandiosa pérdida de divisas de Bolivia. En vez de que esos dineros de importación vayan, por ejemplo, a la construcción de una planta de conversión de gas a líquidos (anualmente Bolivia pierde aproximadamente USD 1200 millones en importación y subvenciones).El incremento de precios (“gasolinazo”) de gasolina y diesel es una salida viable, aunque impopular, que podría aplicar la dirigencia estatal al verse forzada a tener que encontrar mayores fondos para importar combustible.Como parte del “remedio” a la perforación de la economía energética que va a generar el ingreso de vehículos “chutos” sería: que deban pagar a precio diferenciado (mayor) combustibles y GNV durante un lapso de 5 años. Esto se puede controlar y fiscalizar sencillamente con el mismo registro de ingreso de la Aduana.Las grandes inversiones en exploración y producción de gas, en refino y en industrialización en valor agregado no van a llegar de la noche a la mañana, lamentablemente, entonces se debe jugar con las variables que el escenario actual nos presenta.Más de 100 mil vehículos ‘chutos’ legalizados (algunos con defectos de máquina y motor), van a generar adicionalmente a mayores consumos de combustibles y GNV, además de mayor demanda de aditivos y lubricantes, éstos últimos importados.Santa Cruz será una plaza fuertemente invadida por estos vehículos y la consecuencia es que el medio ambiente urbano se verá, también, perjudicado: van a generar mayor polución al medio ambiente urbano. Aquí un paliativo: los Municipios podrían aplicar una “tasa especial” a éstos vehículos: una tasa por contaminación ambiental por los próximos 5 años.Si los chutos deben pagar combustible más costoso y una tasa municipal superior será también un desincentivo a su adquisición.Obviamente van a subir los gastos del Tesoro por subvención de combustibles, que redundará en reducción de ingresos por hidrocarburos de las regiones. Quizá sea el tiempo de reconfigurar la “torta” fiscal de ingresos por hidrocarburos y determinar claramente el destino de los mismos. Los ingresos por hidrocarburos no deberían ir a “tapar huecos” de subvenciones ni de importación de combustibles porque es un contrasentido.Una mayor demanda de combustible provocaría desabastecimiento que debe ser perjudicial para otros sectores, como el agro.El problema de pocos líquidos, poco GNV y poco gas natural podría ser resuelto pero requiere una solución integral a largo plazo, con una NPE Nueva Política Energética y una nueva Ley de Hidrocarburos, con mega inversiones, estabilidad democrática y seguridad de contratos.*Máster en Administración, consultor del sector privado.

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