El más vil mercado

Se ha pretendido que esa “mano invisible” determine todas las relaciones humanas y se ha llegado ya a extremos perversos. Pero lo máximo, “la tapa” es convertir al ser humano mismo en mercancía y eso está sucediendo progresivamente.Bolivia es uno de los cinco países de Sudamérica con...

Se ha pretendido que esa “mano invisible” determine todas las relaciones humanas y se ha llegado ya a extremos perversos. Pero lo máximo, “la tapa” es convertir al ser humano mismo en mercancía y eso está sucediendo progresivamente.Bolivia es uno de los cinco países de Sudamérica con más casos de Trata y Tráfico de personas, afirma un estudio de la (OEA), que señala además que el índice de Trata y Tráfico de personas en Bolivia se incrementó en un 92,2% en los últimos 10 años. Eso es grave. No sabemos cuanta confiabilidad merecen los estudios de la OEA en este caso (en muchos otros temas su confiabilidad es muy baja) pero asustan estos informes.Y entonces no avanzamos nada en la abolición de la esclavitud, sino, al contrario, ¿Retrocedemos?Porque la trata de personas, como se llama ahora es la misma vieja perversión de la trata de blancas, que se llamaba así para diferenciarla de la trata de negros, que era totalmente legal, permitida y hasta auspiciada por las “autoridades” hasta no hace tanto. Sólo en eso se diferenciaban, en que comerciar con unos era permitido y con otro no. Cuestión de razas y de colores.Eso cambió. O creíamos que había cambiado. Porque la trata de personas tiene su Convención y su respectivo Protocolo en la Organización de las Naciones Unidas, pero en forma similar al caso de las drogas sicotrópicas, se está demostrando que toda esa parafernalia de convenciones y protocolos no disminuyen los respectivos problemas para los que fueron creados, sino, al contrario….los aumentan.Para el caso de Bolivia, y siempre según los datos de la OEA, manejados en la Cámara de Diputados, el 70 % de las víctimas son niños, niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de 12 a 22 años de edad.Pero aquí las estadísticas parecen una broma cruel. Lo importante es que la trata de personas existe y que aparentemente en Bolivia lejos de disminuir está aumentando. Y eso es muy grave, porque la trata está íntimamente asociada a explotación laboral, principalmente de menores, proxenetismo o sea explotación de la prostitución ajena y, lo más espeluznante: tráfico subrepticio de órganos humanos para trasplantes ilegales. Que los hacen, los hacen. Y mucho.No lo decimos nosotros. De acuerdo con estimaciones de las Naciones Unidas, más de 2.4 millones de personas están siendo explotadas actualmente como víctimas de la trata de personas, ya sea para explotación sexual o laboral. Otras formas de trata de personas incluyen la servidumbre, el tráfico de órganos y la explotación de niños para la mendicidad o bien la guerra.Y eso con una convención internacional y un pomposo Protocolo que tiene ya más de una década. Está probado que así no sirve y habrá que imaginar, forzosamente, soluciones verdaderas.

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