Cultura de integración

Esa es una noticia que la mayoría de los medios de comunicación la confinan a las páginas de economía. Pero el MERCOSUR no es un fenómeno económico, sino un proyecto de integración, que tiene más que ver con la política que con la economía.Lo que pasa es que estamos viviendo tiempos...

Esa es una noticia que la mayoría de los medios de comunicación la confinan a las páginas de economía. Pero el MERCOSUR no es un fenómeno económico, sino un proyecto de integración, que tiene más que ver con la política que con la economía.Lo que pasa es que estamos viviendo tiempos marcados por un tenaz economicismo. Como dice el pensador uruguayo Alberto Methol Ferré “La economía no solo reina, sino que parece descalificar a las demás áreas de toda real incidencia histórica. Nunca como hoy el economicismo rige la interpretación del mundo y las consciencias”.Por eso, hay tendencia a creer que MERCOSUR es un asunto solamente de mercado, liberación de aranceles y comercio, algo así como lo que tienen los gringos en el norte, el NAFTA. Pero la concepción misma de ambos proyectos es no solo diferente sino antagónica. NAFTA son las iniciales de North American Free Trade Agreement (NAFTA), o sea, en español: Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio, conocido también como TLC y está concebido en el marco de la doctrina Monroe que nació como la afirmación de la absoluta independencia de los Estados americanos en todo asunto a ellos concerniente; después, se invocó para rechazar toda acción de los Estados europeos, aun en asuntos en que el Derecho internacional la admite; y desde hace mucho tiempo que los Estados Unidos han, modificado la regla «América para los americanos» sustituyéndola por esta otra: América para los americanos del Norte.Así lograron concretar el tratado de libre comercio que está vigente entre los Estados Unidos, México y Canadá.En cambio el MERCOSUR tiene un marcado acento bolivariano, integracionista, con un fuerte componente cultural, que no pretende sacralizar la cultura, sino devolverle su verdadera dimensión y funciones en esta sociedad posmoderna, o sea como “una autorreflexión colectiva sobre la propia sociedad”.Entre los intelectuales de los países que hacen parte del MERCOSUR, hay coincidencia en que la integración cultural y educativa es el fundamento para los procesos de integración económica y política., un modelo que sí, efectivamente, se puede dar entre las naciones sudamericanas.Así, la integración está entendida como la unidad sin afectar la rica diversidad. Unidad dentro de la diversidad, es el paradigma integracionista de los pueblos que forman la Patria Grande y que comienzan a concretar ese viejo anhelo bolivariano.Nos hace falta mucho, es cierto, especialmente en educación formal, que enseñe en nuestros países la verdadera esencia de la integración que avanza con MERCOSUR y con UNASUR. La educación es un fenómeno comunicacional y, por eso, nosotros también, los medios de comunicación social, tenemos que comprometernos a fondo en divulgar la cultura integracionista, sacando a MERCOSUR de las páginas especializadas en economía.Porque es mucho, muchísimo más que eso.


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