Órgano judicial independiente

puesto que tanto las normas como los procesos jurídico-administrativos han sido tratados en función a interpretaciones e intereses políticos. La información que disponemos, muestra que tanto los administradores de justicia como lo procesos son pasibles de convertirse en escenarios e...

puesto que tanto las normas como los procesos jurídico-administrativos han sido tratados en función a interpretaciones e intereses políticos. La información que disponemos, muestra que tanto los administradores de justicia como lo procesos son pasibles de convertirse en escenarios e instrumentos de estrategias políticas; por la predisposición e intervención excepcional de los administradores de justicia en los casos de corrupción, difamación, acusación formal a autoridades elegidas, restitución de cargos, etc. que llama la atención por lo visible y protagónico de sus actuaciones, frente a una justicia invisible –con muchos casos acumulados- y con una tendencia al automatismo e ineficiencia.

 

Ello se suma a la sensación de escasa voluntad de generar debate político plural, y a la impresión de que se estuvieran forzando los instrumentos jurídicos, como es el caso de  declaraciones en diversa jurisdicciones con traslados que involucran un gasto adicional al Estado y son innecesarios. Estos hechos solo causan daño a la imagen del órgano judicial, que además de ser lento y lejano a la mayoría de quienes litigan a diario, ahora también se ha vuelto político y sirve de instrumento a intereses hegemónicos.

 

Persiste entonces una pregunta obvia ¿existe un órgano judicial independiente ó estamos ante un momento histórico de judicialización de la política o de politización de la justicia?. Evidentemente estamos ante un contexto histórico especial y muy complejo para la vida democrática de nuestro país, donde existe una tendencia protagónica del poder político a ampliar su esfera de control y transgredir la coordinación gubernamental que debiera existir con el órgano judicial; situación que preocupa, toda vez que la misma constitución garantiza la independencia de los órganos promoviendo la ecuanimidad, imparcialidad y la garantía de los derechos a todos los ciudadanos.

 

La intención a largo plazo es que  las leyes aprobadas –como la Ley Marcelo Quiroga, la Ley marco de Autonomías, la Ley del Órgano Electoral y las relacionadas con la discriminación y racismo- eviten los abusos de los actores políticos y la renovación de viejas costumbres políticas, para avanzar en el ejercicio de nuestros derechos, como una condición fundamental para vivir en democracia.

 

DESTACADO

 

las leyes y el derecho han dejado de ser una regla general para toda la comunidad

 


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