Que no se quede en regaño

Las estadísticas son útiles, pero no totalmente confiables. Si CEPAL asegura que el crecimiento promedio en América Latina fue del 5.2 y que Bolivia sólo creció en el 4.5 es posible que esa información esté ajustada a la realidad. Si el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD...

Las estadísticas son útiles, pero no totalmente confiables. Si CEPAL asegura que el crecimiento promedio en América Latina fue del 5.2 y que Bolivia sólo creció en el 4.5 es posible que esa información esté ajustada a la realidad.

Si el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD sostiene que en América Latina es donde más desigualdad existe (es decir, es mayor la brecha entre ricos y pobres) debe tener fundamentos más o menos confiables para sostenerlo.

Pero cuando es el propio presidente de la República (perdón, del Estado Plurinacional), Evo Morales, quien en reunión ampliada de su gabinete ministerial reconoce que sus cuatro y medio años de gobierno han estado dedicados a la política y no a la economía, entonces, hay que darle crédito. No por culto a la personalidad, sino porque él es quien menos tendría que falsear o exagerar esas informaciones.

Así fue. Pero Evo Morales fue más allá, el domingo, en Huatajata, donde fue la reunión con su gabinete ampliado, (además de ministros estaban los responsables de las empresas estratégicas del Estado.) les pidió “acercarse más al pueblo con proyectos productivos y mejores servicios”. “En vez de que los movimientos sociales se adelanten, creo que nosotros tenemos que llevar la delantera en esta nueva configuración socioeconómica de nuestra querida Bolivia”, les dijo, textualmente.

Más claro, agua. Aunque tampoco es que en todas partes tengamos últimamente agua clara.

Los “regañados” (no se sabe aún si además serán cambiados) fueron específicamente los responsables de ENTEL, de YPFB y de la Administradora Boliviana de Carreteras, ABC.

De ésta última vaya si nos consta en Tarija su poca cercanía con el pueblo, y la prueba más contundente es el camino Tarija-Potosí, al cual ya no le cabe una excusa más para seguir paralizado.

Para YPFB repitió Evo Morales las críticas que les hiciera no hace mucho en Santa Cruz, pues excepto las adendas para incrementar la exportación de gas a la Argentina –que no es por ciento un proyecto productivo sino una espada de Damocles si no se puede cumplir- no se perciben ni difusamente planes reales de industrialización. Eso sin contar con que tampoco se cumplió el compromiso presidencial de las 250.000 conexiones de gas domiciliario.

Como yapa, el contrabando de diesel, gasolina y gas sigue siendo la única actividad floreciente ligada a nuestros hidrocarburos. ¿Será porque Yacimientos sigue manejada “interinamente”?

Todo esto tiene que provocar verdaderos cambios y no quedar como un regaño presidencial más. Aquí no se trata de discursos y buenas intenciones. De eso ya hubo mucho. Aquí hace falta resultados. En inversiones eficientes, sobretodo para áreas estratégicas. En empleo formal, en optimización de todos los servicios públicos.

Se acerca el 6 de agosto, cuando, casi en forma litúrgica, se producen cambios en el poder ejecutivo.

Nosotros quisiéramos que fueran cambios radicales


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