El florero de Llorente

Pero si bien el detonante puede parecer nimio, siempre existen, detrás de todos los conflictos, poderosos intereses económicos. Se los disfraza, por supuesto, con abstracciones como patriotismo, dignidad nacional, espacio vital, reivindicación histórica o cualquier otro, pero detrás,...

Pero si bien el detonante puede parecer nimio, siempre existen, detrás de todos los conflictos, poderosos intereses económicos.

Se los disfraza, por supuesto, con abstracciones como patriotismo, dignidad nacional, espacio vital, reivindicación histórica o cualquier otro, pero detrás, siempre, hay intereses mezquinos, económicos. Para empezar los de los “perros de la guerra”, los fabricantes y los traficantes de armas.

Los otros omnipresentes actores son los recursos naturales (que no son solo minerales, porque la biodiversidad es también un invaluable recurso natural). De eso los bolivianos tenemos amargas experiencias: con el guano y el salitre, el caucho, el petróleo y hasta con el agua, porque ya tuvimos una “guerra del agua”, poco ortodoxa es cierto, pero no descartable como experiencia.

¿A dónde vamos? Pues a la ruptura de relaciones entre Colombia y Venezuela y los ominosos aires de conflicto que ya circulan. En ambos países hermanos existen muchos grandes intereses externos involucrados, especialmente en Colombia: Es el sexto productor de carbón en el mundo (pronto el quinto) y corporaciones transnacionales como Drumont, Glencore, Exxon están allí - en Colombia- bien asentadas.

De Venezuela, pues todos conocemos su historia petrolera, que no se limita a lo que tiene sino a lo que podría haber, especialmente en la franja del Orinoco. Y tiene hierro en la fronteriza cordillera de Perijá y quien sabe cuánto más.

Y, por supuesto, ambos países son amazónicos, junto al Brasil, Perú, Ecuador y Bolivia. Por cierto a la última reunión de países amazónicos, convocada por Lula, fue invitado el presidente francés y hasta ahora no sabemos por qué.

La región amazónica es, posiblemente, el área con más valiosos recursos biológicos y posiblemente muchos otros, porque es un área aún por investigar. Acceder a la Amazonía es un viejo anhelo para muchas potencias. Sin ir muy lejos, hubo ya investigaciones aún superficiales, para confirmar la presencia de Columbita en el norte de La Paz y de Pechblenda en Pando.

No olvidemos que alguna vez, hace años, el Medio Oriente fue un lugar tranquilo, bucólico y quizás nadie preveía que sería luego escenario de tantas guerras, santas y no santas. O Viet Nam, Korea, donde todavía hoy se atizan rencores. Se siembra vientos.

Se ha demostrado hasta el cansancio que cuando se tiene que escoger entre “comodities” y vidas humanas, los poderosos en el modelo capitalista-consumista siempre privilegian a los primeros.

Por eso reiteramos que el detonante es lo de menos. Colombia comenzó su guerra de liberación de España con un pretexto que sería cómico si no estuviera ya incorporado en la historia solemne. El pretexto fue “la rotura de un florero”: El florero de Llorente.

Ahora se usa la frase, precisamente para dar a entender que detrás de los pretextos irrelevantes suelen existir motivos, razones o intereses muy poderosos.


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