Los depósitos del contrabando

Los mecanismos aduaneros asestaron fuertes golpes a los contrabandistas, pero tal parece que la mayor fuerza de esta pulseta la tienen los ilegales que acrecientan su movimiento, pues no otra cosa significa que los mercados del país y una gigante cadena de “ferias” sigan surtiéndose de la...

Los mecanismos aduaneros asestaron fuertes golpes a los contrabandistas, pero tal parece que la mayor fuerza de esta pulseta la tienen los ilegales que acrecientan su movimiento, pues no otra cosa significa que los mercados del país y una gigante cadena de “ferias” sigan surtiéndose de la mercadería de contrabando que se encuentra diseminada inclusive en puestos callejeros. El problema del contrabando tiene otra terrible connotación perjudicial en la economía nacional, por una parte compite en abierta deslealtad con la industria y el comercio nacional, pero además es parte de una millonaria evasión tributaria, que rescatada y regulada convenientemente generaría el doble de lo que actualmente percibe el Estado a través de las recaudaciones de impuestos internos y de la misma aduana. Una mayoría de operativos se cumplen generalmente en sectores próximos a las fronteras, especialmente la de Chile, luego Argentina y el Perú en el orden del volumen y capacidad de traslado de enormes camiones y hasta de caravanas organizadas con varias unidades cargadas con miles de kilos de toda suerte de productos, desde los más sofisticados equipos de sonido, línea blanca, telas, cosméticos, zapatos, ropa (nueva), hasta bisutería variada. Si se observan los partes de aduana sobre operativos y se calculan cantidad y valor de lo incautado, realmente es impresionante el volumen que se acumula en las dependencias aduaneras y conste que estamos hablando sólo de los operativos (esporádicos) que se producen. Sin embargo está comprobado que la cadena organizada de contrabandistas se da el lujo de contar con enormes depósitos de mercadería en todo el país, especialmente en Oruro, donde parecería que están afincados los mayores capitalistas del irregular negocio del contrabando. Un rubro especial que ya no debería estar vigente es el que compra y vende “ropa usada”. Mediante mecanismos legales se prohibió la importación de este tipo de mercadería, sin embargo la misma sigue llegando por la vía del contrabando, de ahí que los puestos en algunos mercados y calles y otros instalados en tiendas, bajo el disfraz de “ferias”, siguen funcionando sin restricción alguna. Hay proveedores que tienen también grandes galpones con este tipo de mercadería y la distribución no se detiene ningún día del año. Representantes del sector empresarial legalmente establecido han sugerido, y con justificada razón, que la Aduana asuma el rol general que le corresponde en la tarea de luchar contra el contrabando, no sólo en las fronteras o los caminos, sino también en las ciudades donde se encuentran los “gigantes depósitos de mercadería” que con seguridad en más del 80 % es de contrabando, aunque ciertos capitalistas del negocio se den modos para poseer algunos “certificados de internación”, aparentemente legales. Una Ley contra el contrabando, debe ser implementada con la celeridad del caso, para encarar la eliminación del peligroso y dañino fraude, esa Ley dispondrá de dos elementos importantes, la confiscación de bienes y por supuesto la mercadería ilegal, además del endurecimiento de las condenas penales contra los contrabandistas.


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