Vivir mejor no es vivir bien *
El título no es un bonito juego de palabras que busca impresionar. Es una frase que ha nacido contemporáneamente en el vientre de los pueblos indígenas, y ha sido pronunciada varias veces por Evo Morales como el contenido último de la agenda de su gobierno. Creo, en efecto, que el título...
Sin embargo, poco después, me fui dando cuenta de la enorme contradicción que ello suponía. Recuperar el territorio (tierra, recursos naturales renovables y no renovables, aire, entorno, etc.) y concebirlo como aquello (material) que garantiza la vida de una colectividad no deja de estar dentro de una lógica utilitarista. Incluso, el derecho de uso, acceso o de propiedad colectiva del territorio sigue, intrínsecamente, sosteniendo que a los humanos (pueblos indígenas) nos pertenece todo lo demás. No creo que a ello se haya referido la afirmación de que “vivir bien, es la tierra buena de los abuelos”. Porque la “tierra buena de los abuelos” no supone una condición del vivir bien, como podría suponer algún pensamiento de izquierda, sino una “relación”. En lugar de significar la recuperación de un sentido de pertenencia, parece que quiere decir la “recuperación de un sentido perdido o secuestrado de relaciones”. A esta conclusión llegué después de haberme acercado un poco más a eso que llamamos la “cosmovisión” de los pueblos indígenas, en cuya filosofía la “relación” es constitutiva de la vida. Aunque eso podríamos decir de todas las culturas y civilizaciones, hay un dato más que me impresiona sobre el vivir bien como la recuperación del sentido de las relaciones. El dato está en el concepto de “recuperación”.
* Fragmento del trabajo Presentado en el II Simposio Boliviano de Misionología, Cochabamba, 19 de septiembre de 2009.