Tribuna
Torres: Bolivia necesita Inteligencia para combatir el Crimen organizado
El experto en seguridad y Relaciones Internacionales, Fernando Torres, analiza los riesgos de seguridad nacional en Bolivia
¿Hay bandas en Bolivia que puedan suponer una amenaza a la seguridad nacional? ¿Qué se debe evitar para no llegar a ese extremo? A mediados del año pasado, el ex ministro de Gobierno, Carlos Romero, conocedor del tema, aseguraba que los actuales clanes de narcos en el país son los Lima Lobo, con sus distintas ramificaciones políticas; los Candia, los Castedo, los Dorado, los Guzmán, los Araoz y los Sandoval, pero estos "clanes familiares", trabajan con (y para) grandes organizaciones criminales transnacionales. La prensa nacional e internacional y centros de análisis sobre crimen organizado como InSight Crime han dado cuenta de que en Bolivia operan las siguientes organizaciones criminales transnacionales: Primer Comando Capital (PCC), el Comando Vermelho (CV), ambos de Brasil, el Primer Cártel Uruguayo (se identificó por primera vez en 2019, al que pertenecería Sebastian Marset) y el Tren de Aragua de Venezuela que se concentraría en el tráfico de personas.
El investigador argentino Mariano Bartolomé, experto en crimen organizado e inteligencia, describe que en Bolivia los grupos criminales locales parecen responder, en buena medida, a la estructura de clanes familiares. Esta estructura se replica en otros negocios ilícitos, entre ellos el contrabando hacia los países limítrofes, la comercialización de autos robados (clanes “auteros”) y la minería ilegal (clanes “jukus”). Esos núcleos exhiben un alto grado de organización y encuentran en la confianza y lealtad que proporcionan los lazos de sangre entre sus miembros, lo que sería su principal activo. Esta unidad sería fundamental frente a un entorno externo que se presenta peligroso, sea por organizaciones rivales o por las instituciones estatales pero estarían subordinados a organizaciones criminales transnacionales con mayores recursos y capacidades para penetrar Estados.
Ahora bien, en términos generales una organización criminal es una agrupación de tres o más personas con diversas tareas o funciones, que se crea, existe o funciona con la finalidad de cometer uno o más delitos graves señalados en la ley. Por tanto, la categoría analítica de "clanes familiares" es un eufemismo, son a todas luces, organizaciones criminales. Lo único que los vincula es el parentesco sanguíneo o por afinidad, pero la finalidad última es delinquir. Son organizaciones criminales, quizás pequeñas, locales y subordinadas, pero son organizaciones criminales al fin. Justamente allí radica la peligrosidad para la seguridad pública, porque conocen el medio, los mercados ilícitos, las rutas, están vinculados con autoridades y servidores públicos corruptos que aceptan sobornos, evaden controles policiales y fronterizos, blanquean dinero en construcciones civiles y mediante la compra y venta de bienes ilícitos, entre otras acciones, que ponen al Estado y la sociedad en situaciòn de vulnerabilidad.
Si bien los niveles de violencia no son comparables con otros Estados, en Bolivia la presencia y actividades de los denominados clanes familiares y su minimización como agentes criminales o peor aún, evitar considerarlos como lo que son: organizaciones criminales, puede resultar muy peligroso. Mediante el discurso gubernamental y policial se minimiza su accionar, impacto, ramificaciones, capacidades instaladas, poder de fuego, etc.
Se deben adoptar políticas frontales contra el crimen organizado, sobre todo afectar a las finanzas de las organizaciones criminales. El hecho de que estas organizaciones persistan y puedan acumular capitales, capacidad operativa y expansión territorial hará que se constituyan en organizaciones más fuertes con vínculos en la sociedad y penetración estatal. El Estado boliviano debe encarar una Política Criminal como en otros Estados que contemple el combate al crimen organizado con la creación de juzgados y fiscalías especializadas en la materia. Así también, es imprescindible un Sistema de Inteligencia y una Secretaria Plurinacional de Inteligencia que concentre los esfuerzos de seguridad y defensa para combatir a esta problemática entre otras que hacen a la Inteligencia Estratégica de un estado moderno. El crimen organizado es una amenaza muy inteligente y para combatirlo se precisa de bastante Inteligencia