Crónica política de la semana
Entre el “martirio” de Camacho y la redención del MAS de Arce
El gobierno de Arce se dio un baño de masas el viernes y se ha rehabilitado como candidato en la lucha interna, mientras que el desafío federal secesionista de Camacho va tomando cuerpo en la confrontación



Casi desde el mismo día 29 de diciembre de 2022, cuando la Policía aprehendió a Luis Fernando Camacho en un operativo sobrado de espectacularidad que incluía persecución entre vagonetas, helicópteros y artes marciales, la pregunta no ha sido tanto ¿Por qué? como ¿Para qué? y a estas alturas, sigue más vigente.
El por qué – sin entrar a valorar el caso - es evidente, como dijo Luis Arce, “todos lo vieron en el balcón con la Biblia en la mano” en 2019, cuando Evo Morales acabó huyendo en helicóptero a México después de 20 días de protestas por el confuso recuento electoral y que tuvieron al hoy gobernador de Santa Cruz como alma máter. Ni en Creemos ni en el grupo más cercano a Camacho – el que dirige Jerjes Justiniano – tenían ninguna duda de que esto iba a pasar tarde o temprano y el perfil de mártir de Luis Fernando Camacho siempre fue precisamente el arma a explotar. ¿Pero para qué fines?
Aunque la teoría dice que la Policía solo cumplió las instrucciones del Ministerio Público, aunque dos meses después, es evidente que el Gobierno puso de nuevo en la balanza los pros y los contras de esta determinación, como los puso cuando Mario Cossío, cuando Ernesto Suárez, cuando Jeanine Áñez, y también cuando Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina o Carlos Mesa, que también acumulan juicios, pero están afuera.
El sector del partido que Evo Morles ha nominado como “arcistas” y que otros llamaban “renovadores”, y que tiene por base el indigenismo de David Choquehuanca, pero no solo eso, sabía que tenía que dar un golpe de efecto, porque el mismo Morales llevaba semanas denunciando un supuesto pacto de “gobernabilidad por impunidad”. Decidieron darlo porque casi nunca pasó nada – con Cossío, con Suárez o con Áñez –. Se preveía violencia en Santa Cruz y sumaron más policía. El propio Morales se ha difuminado en sus críticas. Arce se ha fortalecido en la interna como candidato y como presidente y el lío en Perú, mucho más grueso, hace que penas haya repercusión internacional de lo que sucede en Santa Cruz. EL viernes en la icónica escalinata de la Casa Grande del Pueblo donde se hacen las demostraciones de fuerza no cabía un alfiler.
Camacho pudo haber huido, pero no lo hizo, y la pregunta de nuevo es el para qué y no el por qué. Los analistas no paceños señalan que suma al proceso mayor, que es el secesionista. Los paceñocentristas argumentan otras ideas más relacionadas al mesianismo y a teóricas necesidades de reafirmación interna de Camacho, es decir, lo mismo que Arce en el MAS, pero al revés.
Ayer Camacho pidió a los suyos - senadores, diputados, asambleístas, alcaldes y concejales y a los dirigentes de Creemos – convertirse en eso en lo que ningún opositor se ha atrevido de forma consistente: esfuerzos por unificar sus posiciones y buscar puentes con todos los sectores democráticos del país para enfrentar a la dictadura del MAS. Vuelve a resultar curioso que sea desde el oriente desde donde se plantee una visión de oposición coordinada: nadie nunca se tomó en serio sus iniciativas sobre federalismo y hasta ayer sigue siendo asunto de mofa en ciertos círculos.
Aun así, Camacho sigue dejando para el final de sus intervenciones el compromiso de que Santa Cruz es Bolivia y que todos los puntos tienen que contemplar al conjunto de Bolivia. “El federalismo es un sueño de nuestros abuelos y padres que lleva más de un siglo y medio, pero también hay que pensar este federalismo con visión nacional porque debe ser un modelo que potencie las regiones y unifique y engrandezca a Bolivia”.
Lo que no es lo mismo
La apuesta del MAS siempre es resistir mientras el enemigo se agota. Esta vez parece ser diferente. Ni siquiera el Comité Cívico ha convocado un solo cabildo y no se plantean autoflagelos, sino todo lo contrario.
El plan es económico. Sembrar el caos. La santísima trinidad del “modelo económico cruceño” – Cámara Agropecuaria del Oriente, Federación de Empresarios Privados y Cámara de Industria y Comercio – respalda el desafío que viene cargado de eufemismos para evitar juicios y querellas, pero que pasa por el cierre perimetral del departamento – nada entra y nada sale – y el “resguardo de instituciones estatales”, que pretende que nadie pague obligaciones de ningún tipo, sobre todo fiscales. Las protestas en el sur del Perú van a contribuir a estos problemas de abastecimiento que el gobierno niega vehementemente, logrando, como suele pasar, el efecto contrario.
¿Cuál será el plan de Mesa?
Lo evidente es que el tercero en la lista de agraviantes después de Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho es Carlos Mesa, el candidato de Comunidad Ciudadana que llevó al límite de la segunda vuelta su desafío electoral a Evo Morales y que en su momento reclamó para sí toda la victoria con todas sus consecuencias (a la presidencia o a Chonchocoro).
No se contempla una huida del expresidente, aunque tampoco se garantiza que pase a un segundo plano en el corto plazo ni que no se borre de la elección de 2025.
La familia de Jeanine Áñez, cuya campaña de 2020 consistió en atacar a Mesa hasta que decidieron que no servía de nada, ya está reclamando para sí el papel de unificadora. Es posible que Carlos Mesa debe elevar la voz antes de que el calendario electoral vuelva a llevarse por delante todos los buenos deseos.