Las cosas ("raras") que pasaron en un solo día con coronavirus en Bolivia
Tenía que llegar, y llegó. El Coronavirus se asentó públicamente en el territorio nacional el martes en la noche, cuando el Ministro de Salud, Aníbal Cruz, confirmó la existencia de dos mujeres que habían dado positivo luego de volver de Italia. Una se instaló en San Carlos – Ichilo –...



Tenía que llegar, y llegó. El Coronavirus se asentó públicamente en el territorio nacional el martes en la noche, cuando el Ministro de Salud, Aníbal Cruz, confirmó la existencia de dos mujeres que habían dado positivo luego de volver de Italia. Una se instaló en San Carlos – Ichilo – Santa Cruz; la otra en Oruro. Cruz dio seguridades sobre los procedimientos empleados, detalles sobre la evolución – asintomática -, y pidió prudencia y prevención. A partir de ahí, el pánico:
Los barbijos y alcoholes en gel se dispararon hasta el infinito en lo ambulante; en lo formal se agotaron… ¡Un hombre fue a comprar barbijos a una farmacia de Miraflores y acabó abofeteado!
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El Ministro de Salud descartó cerrar fronteras, porque el coronavirus está llegando sobre todo por aeropuertos y ningún país en el mundo lo ha hecho: En Yacuiba cortaron el puente internacional exigiendo un cordón sanitario.
El Ministro de Salud descartó suspender labores escolares, porque las dos personas confirmadas son adultas y la gente que tuvo contacto con ellas ya está en observación: El Director de Educación en Oruro suspendió las clases.
Más grave:
La señora identificada en San Carlos se aisló en el centro de salud del municipio de acuerdo a los protocolos.
La multitud rodeó el edificio.
En Yapacaní se negaron a dejar entrar a gente de San Carlos a su hospital.
Los vecinos – no todos, pero muchos – hicieron que la mujer fuera trasladada a Santa Cruz.
La ambulancia partió sin saber dónde ir.
El personal de salud de varios hospitales se amotinó para negar la entrada de la paciente. Viva el juramento hipocrático.
Una delegada sindical decía que “como iban a traer aquí a enfermos así”.
Un barrio entero negó que se utilizara su hospital sin estrenar para atender a la enferma.
La Gobernación acabó cediendo un espacio para que la señora durmiera allí.
En la tourné por Santa Cruz, varios medios de comunicación perseguían a la ambulancia.
Otros publicaron la ubicación exacta de la vivienda de la señora en San Carlos. Los comentarios sugerían ir a prenderle fuego.
En Villa Montes, el director del hospital afirmó que se vigilaba a una paciente que tenía algunos síntomas de coronavirus y que había estado en lugar de riesgo – Chile -, pero que no se le haría la prueba hasta que empeorara. Luego negó que fuera sospechosa de coronavirus.
El Gobierno declaró emergencia. Al día siguiente.
Los políticos se sentaron a hablar, y sobre todo hablaron de lo tarde que se sentaron a hablar.
La consigna es, además, información rápida y puntual: todos citaron para el día siguiente.
En la noche se confirmó el tercer caso de coronavirus. Otra vez en Santa Cruz. Un joven retornado de Miami.
Todo esto en un solo día, y con lo que queda. Ojalá la humanidad retorne al país, sino será difícil sacar al Coronavirus. En cualquier caso, si tiene dudas, puede llamar al 160 y le atenderán.
Los barbijos y alcoholes en gel se dispararon hasta el infinito en lo ambulante; en lo formal se agotaron… ¡Un hombre fue a comprar barbijos a una farmacia de Miraflores y acabó abofeteado!
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El Ministro de Salud descartó cerrar fronteras, porque el coronavirus está llegando sobre todo por aeropuertos y ningún país en el mundo lo ha hecho: En Yacuiba cortaron el puente internacional exigiendo un cordón sanitario.
El Ministro de Salud descartó suspender labores escolares, porque las dos personas confirmadas son adultas y la gente que tuvo contacto con ellas ya está en observación: El Director de Educación en Oruro suspendió las clases.
Más grave:
La señora identificada en San Carlos se aisló en el centro de salud del municipio de acuerdo a los protocolos.
La multitud rodeó el edificio.
En Yapacaní se negaron a dejar entrar a gente de San Carlos a su hospital.
Los vecinos – no todos, pero muchos – hicieron que la mujer fuera trasladada a Santa Cruz.
La ambulancia partió sin saber dónde ir.
El personal de salud de varios hospitales se amotinó para negar la entrada de la paciente. Viva el juramento hipocrático.
Una delegada sindical decía que “como iban a traer aquí a enfermos así”.
Un barrio entero negó que se utilizara su hospital sin estrenar para atender a la enferma.
La Gobernación acabó cediendo un espacio para que la señora durmiera allí.
En la tourné por Santa Cruz, varios medios de comunicación perseguían a la ambulancia.
Otros publicaron la ubicación exacta de la vivienda de la señora en San Carlos. Los comentarios sugerían ir a prenderle fuego.
En Villa Montes, el director del hospital afirmó que se vigilaba a una paciente que tenía algunos síntomas de coronavirus y que había estado en lugar de riesgo – Chile -, pero que no se le haría la prueba hasta que empeorara. Luego negó que fuera sospechosa de coronavirus.
El Gobierno declaró emergencia. Al día siguiente.
Los políticos se sentaron a hablar, y sobre todo hablaron de lo tarde que se sentaron a hablar.
La consigna es, además, información rápida y puntual: todos citaron para el día siguiente.
En la noche se confirmó el tercer caso de coronavirus. Otra vez en Santa Cruz. Un joven retornado de Miami.
Todo esto en un solo día, y con lo que queda. Ojalá la humanidad retorne al país, sino será difícil sacar al Coronavirus. En cualquier caso, si tiene dudas, puede llamar al 160 y le atenderán.