Evo ordenó en 2012 patrullajes entre la policía y las FFAA
El patrullaje conjunto entre las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana, con fines de seguridad ciudadana, no es un hecho inédito en el país; hace ocho años el gobierno del expresidente Evo Morales ordenó que ambas instituciones realicen patrullajes en las ciudades de La Paz, Cochabamba,...



El patrullaje conjunto entre las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana, con fines de seguridad ciudadana, no es un hecho inédito en el país; hace ocho años el gobierno del expresidente Evo Morales ordenó que ambas instituciones realicen patrullajes en las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto, para reducir los índices de inseguridad ciudadana.
Este pasado 16 de enero, el gobierno de Jeanine Áñez, a la cabeza de los ministerios de Gobierno y Defensa ordenó que efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas (FFAA) realicen operativos de patrullaje conjunto; la decisión fue asumida después que el Movimiento al Socialismo (MAS) advirtiera que la resistencia pacífica en contra del gobierno de transición terminaba este 22 de enero.
La medida ha sido objeto de críticas de los partidarios del MAS, sin embargo, en 2012, el gobierno de Morales también instruyó la salida de efectivos de ambas instituciones para hacer frente a la delincuencia. En ambos casos, el argumento principal ha sido garantizar la seguridad de la ciudadanía, hace ocho años afectados por la delincuencia y ahora, ante las amenazas de movilizaciones que pueden derivar en violencia.
El ministro de Defensa, Fernando López, respecto al operativo dijo que se trata de una acción de prevención, “Estas acciones son simplemente para resguardar, para dar la tranquilidad que se merece el pueblo boliviano, nada más, es un tema de prevención”, argumentó la pasada semana.
Sin embargo, el expresidente Morales desde Buenos Aires, así como otros voceros del MAS calificaron como un “estado de sitio de facto” y un acto de provocación; la medida fue asumida luego que el vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, Andrónico Rodríguez, dijera “estamos en un momento de resistencia pacífica contra el fascismo. El 22 de enero, fecha límite, termina de acuerdo a nuestra Constitución, la gestión de gobierno de cinco años, se tomarán algunas medidas”, advirtió.
“Con la militarización de las ciudades más importantes de Bolivia rige un estado de sitio de facto que ha suspendido derechos y garantías constitucionales del pueblo, una prueba más de la dictadura de Añez que gobierna el país”, criticó Morales.
La diputada Sonia Brito cargó contra el gobierno señalando “repudiamos una nueva vulneración a los derechos humanos en Bolivia, las tropas militares, tanques y aviones sobrevolando, atemorizando al pueblo. No se dictó estado de sitio, no puede salir el ejército a reprimir. Este gobierno apela a la fuerza de las armas porque no es legítimo”, afirmó. De otra parte, la diputada Betty Yañiquez señaló que solicitará la "desmilitarización", bajo lo señalado en el art. 10 de la Constitución Política, al ser Bolivia un "país pacifista".
No obstante, de acuerdo a la información reflejada en la prensa, en marzo de 2012, las autoridades de ese entonces también ordenaron patrullajes combinados debido a los altos índices de inseguridad ciudadana que se presentaban en el país.
El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, insistió que la medida tiene como objetivo “precautelar la tranquilidad”.
Este pasado 16 de enero, el gobierno de Jeanine Áñez, a la cabeza de los ministerios de Gobierno y Defensa ordenó que efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas (FFAA) realicen operativos de patrullaje conjunto; la decisión fue asumida después que el Movimiento al Socialismo (MAS) advirtiera que la resistencia pacífica en contra del gobierno de transición terminaba este 22 de enero.
La medida ha sido objeto de críticas de los partidarios del MAS, sin embargo, en 2012, el gobierno de Morales también instruyó la salida de efectivos de ambas instituciones para hacer frente a la delincuencia. En ambos casos, el argumento principal ha sido garantizar la seguridad de la ciudadanía, hace ocho años afectados por la delincuencia y ahora, ante las amenazas de movilizaciones que pueden derivar en violencia.
El ministro de Defensa, Fernando López, respecto al operativo dijo que se trata de una acción de prevención, “Estas acciones son simplemente para resguardar, para dar la tranquilidad que se merece el pueblo boliviano, nada más, es un tema de prevención”, argumentó la pasada semana.
Sin embargo, el expresidente Morales desde Buenos Aires, así como otros voceros del MAS calificaron como un “estado de sitio de facto” y un acto de provocación; la medida fue asumida luego que el vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, Andrónico Rodríguez, dijera “estamos en un momento de resistencia pacífica contra el fascismo. El 22 de enero, fecha límite, termina de acuerdo a nuestra Constitución, la gestión de gobierno de cinco años, se tomarán algunas medidas”, advirtió.
“Con la militarización de las ciudades más importantes de Bolivia rige un estado de sitio de facto que ha suspendido derechos y garantías constitucionales del pueblo, una prueba más de la dictadura de Añez que gobierna el país”, criticó Morales.
La diputada Sonia Brito cargó contra el gobierno señalando “repudiamos una nueva vulneración a los derechos humanos en Bolivia, las tropas militares, tanques y aviones sobrevolando, atemorizando al pueblo. No se dictó estado de sitio, no puede salir el ejército a reprimir. Este gobierno apela a la fuerza de las armas porque no es legítimo”, afirmó. De otra parte, la diputada Betty Yañiquez señaló que solicitará la "desmilitarización", bajo lo señalado en el art. 10 de la Constitución Política, al ser Bolivia un "país pacifista".
No obstante, de acuerdo a la información reflejada en la prensa, en marzo de 2012, las autoridades de ese entonces también ordenaron patrullajes combinados debido a los altos índices de inseguridad ciudadana que se presentaban en el país.
El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, insistió que la medida tiene como objetivo “precautelar la tranquilidad”.