El corazoncito de Rodrigo Paz
O cómo pasar de joven prometedor a marginal en 72 horas



Rodrigo Paz Pereira ha pasado de ser un “joven prometedor” el miércoles a tener una intención de voto “marginal” el viernes, todo en el timeline del multimillonario Marcelo Claure, sobrevenido en oremus de la política boliviana en los últimos meses.
Claure, al parecer inspirado en el rol que jugó Elon Musk en las elecciones norteamericanas que auparon a Donald Trump y pese a haber coqueteado con el gobierno de Evo Morales en varias ocasiones, hasta el punto de que algunos encuestadores lo midieron como potencial candidato, decidió asumir el rol de superasesor aparentemente del bloque opositor. No tiene twitter a su servicio, pero sí ingentes cantidades de dinero para pagar publicidad en las plataformas y algo más persuasivo: La encuesta más grande de Bolivia, según anunció él mismo, aunque quedó en algo moderado con una muestra de 2.000 personas.
La primera encuesta la publicó a primeros de diciembre. Rodrigo Paz no aparecía a pesar de que venía lanzado porque la otra encuesta “apócrifa” que circulaba esos días lo había colocado solo un poco detrás de Manfred y Tuto. El exalcale de Tarija y actual senador no dudó en mandarle un mensaje público que todos entendimos como un afán de llamar su atención: “La crisis genera muchas propuestas positivas como las que escuchamos en la entrevista a @marceloclaure. Marcelo coincide con nosotros en su preocupación por el país y sabe que el camino es la renovación y un cambio profundo en la dinámica económica e institucional. Y a no dudarlo, tiene que estar seguro que será convocado a trabajar junto al próximo presidente”.
Alguna vez un exjefe al que aprecio me contó que de primera mano había sabido de un viaje de Rodrigo Paz a Estados Unidos auspiciado por Marcelo Claure, pero son cosas del pasado. Cosas de la política. Lo que contaba era que el mensaje pareció llegar y el martes 28 Claure publicó lo siguiente:
“Hoy tuve mi primera reunión con Rodrigo Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y exalcalde de Tarija. Me llevé una muy buena impresión de alguien joven, con una sólida formación, un profundo cariño por su país y un enfoque en el progreso de Bolivia. Es una persona que ha recorrido miles de kilómetros y ha visitado cada rincón de Bolivia, demostrando un compromiso real con conocer y entender a su gente y sus necesidades”.
Las reacciones en redes no tardaron en llegar, porque era el primer post de este tipo que colocaba el millonario. Después vinieron los de Manfed, Andrónico, Chi, Branko y todos los demás y se “normalizó” esto del examen de cualidad ante el Tribuno Marcelo Claure, pero el primero sonó como a deferencia. Unos le recordaron su añeja amistad, otros cuestionaron que se llame “joven” a un hombre de 58 años con 25 en política, y otros se agarraron precisamente a eso de “haber recorrido miles de kilómetros” siendo senador por Tarija, donde no se le ve el pelo porque su gestión dejó demasiados cuestionamientos, y probablemente ese es el asunto que marca la pauta.
Apenas 72 horas después Claure publicaba su encuesta y Rodrigo Paz no aparecía en ninguna posición, sino que había que ir a la letra pequeña que desglosaba el 3% de “candidatos marginales” para leer que tenía menos del 1%. Marginal.
La encrucijada de Rodrigo
Evidentemente Paz esperaba un mejor resultado, y aunque su descargo en redes pasó por cuestionar las encuestas en su conjunto, que objetivamente es cierto, también le debe hacer reflexionar sobre su propia estrategia.
Rodrigo Paz llegó al Senado de la mano de Carlos Mesa huyendo de Tarija, donde se había comprometido con los suyos a buscar la reelección. El cambio del riesgo tras una gestión tumultuosa por un sillón calentito en la fórmula que tenía más posibilidades de ganar le ha garantizado visibilidad nacional, pero nada crece sin raíz sólida, y Paz debería revisar aquello.
Por otro lado, Paz encarna la contradicción: es hijo de Jaime Paz Zamora y aspira a presentarse como “lo nuevo”; no es un “outsider” pero es el único perfil al que puede aferrarse de entre los que se supone pueden armar una narrativa suficiente de cara a las elecciones: no es un “hombre duro” que vaya a imponer disciplina y orden y no es un buen gestor – pregunten en Tarija – ni un buen economista al que encomendarle el país en tiempos de crisis. Ayer lanzaba su candidatura en el Plan 3.000 con un calor asfixiante y se quedaba al margen del debate de izquierda y derecha. Veremos si la alcanza con eso porque la repercusión ha sido fuerte.
En ese vacío, Paz no tardará en tomar sus decisiones. Desear mucho las cosas no es condición sine qua non para que sucedan.