Rumbo al 7M
7M: El desafío de una generación política tarijeña
La cita electoral del 7 de marzo depara duelos generacionales y entre viejos aliados. El vuelco político de los sucesos de octubre de 2019 y 2020 presentan el evento como “definitivo” para los perdedores
La suerte está echada, ya no hay tiempo para más negociaciones, ni pactos, ni pasos al costado. Ya no hay tiempo para cálculos hipotéticos, la carrera para las elecciones subnacionales del 7 de marzo están lanzadas.
La configuración en Tarija está clara: la prioridad es la Gobernación por encima de las Alcaldías, cuyas estrategias la mayoría de los aspirantes, vincula. Los estrategas se están rompiendo la cabeza para que eso funcione de esa manera y no reste, aunque también hay muchos frentes que concurren sin siquiera estratega.
Inicialmente hay tres grandes bloques que aspiran al triunfo: Comunidad de Todos de Adrián Oliva; el Movimiento Al Socialismo (MAS) con Álvaro Ruíz; y también Unidos por el Cambio de Óscar Montes y Mario Cossío. Además, Luis Alfaro y Mirtha Arce se presentan como los grandes animadores de la carrera: Alfaro por lo que resta al MAS en las clases populares y campesinas, y Mirtha Arce por la capacidad de desenmascarar a los candidatos que se presentan como “salvadores”.
Los pulsos
Los analistas lo tienen claro: el 7 de marzo se juega la Gobernación, la Alcaldía, pero también el presente político de una generación que lleva 30 años protagonizando el día a día y de su siguiente, que se desmarcó tras el fracaso de Mario Cossío en 2010 y obtuvo el poder en 2015.
Óscar Montes ha ganado cuatro elecciones, las tres que le hicieron alcalde entre 2000 y 2014 y la de 2015, cuando cedió el asiento a Rodrigo Paz Pereira. Esta última experiencia le resultó compleja, pues en pocos meses desató una lucha encarnizada contra su heredero, que se liberó de tutorías.
Mario Cossío fue diputado en 2002-2005; después ganó la elección de Prefecto en 2005 y la de Gobernador en 2010. A diferencia de Montes, que nunca tuvo un rival de entidad al frente, Cossío le ganó a Luis Alfaro y Jaime Paz en 2005 y a un extraordinario Carlos Cabrera que sumó un 44% para el MAS en 2010.
Adrián Oliva fue diputado entre 2010 y 2014 y ganó la Gobernación en 2015 holgadamente en segunda vuelta, con un 60%, pero a la que tuvo que acudir pese al fraccionamiento del MAS con su peor candidato: Pablo Canedo, y los leales a Luis Alfaro, que sumó un 13% vital en primera vuelta.
Por su parte, para Álvaro Ruíz es su primera gran cita tras ganar dos veces la Alcaldía de Uriondo, la primera con Camino al Cambio y la segunda con el Movimiento Al Socialismo mientras que Alfaro perdió en 2005, fue primer plurinacional en 2010 y fue el gran triunfador con su 13% en la departamental de 2015 cuando rompió con el MAS, aunque no le diera las riendas de la Gobernación, evidentemente.
Los que se la juegan
Con estos antecedentes y vistas las edades, los estrategas advierten de la diferencia sustancial entre los que “se la juegan” y los que pueden encontrar nuevos acomodos políticos en el mediano plazo, tanto por edad como por la relación con el partido gobernante. A nadie se le escapa que Pablo Canedo fue embajador en Estados Unidos tras su derrota en 2015.
Para Óscar Montes y Mario Cossío, la apuesta por el 7 de marzo es prácticamente definitiva: una derrota los empujaría a una jubilación que muchos habían dado ya por segura tras los largos años en Paraguay de uno y del relevo en la Alcaldía del otro, pero que han encontrado una nueva oportunidad.