Rumbo al 18-O
Rodrigo Paz y la ambición de ser alcalde
El político tarijeño menos entusiasmado con Mesa ha acabado siendo el único que se juega algo en la elección nacional, y que en su caso constituye una suerte de huida anticipada a su responsabilidad como alcalde



¿Cuánto tiempo se puede ser alcalde saliente? Rodrigo Paz decidió en enero huir de sus responsabilidades como alcalde y acomodarse en una pega segura como candidato a senador por Tarija con Carlos Mesa y su Comunidad Ciudadana.
En la elección fallida de 2019 Rodrigo Paz también apoyó a última hora la candidatura de Mesa luego de haber jurado que no lo haría y haber cuestionado su capacidad. Apareció en contados actos de campaña. Mesa ganó en Tarija con apenas dos puntos por encima del MAS, que había ganado con 51% en 2014 y 2009. En la circunscripción en la que había puesto sus fichas, sin embargo, el voto cruzado se impuso, aunque acabó ganando con algo más del 35%.
Con todo, es candidato a primer senador y tiene margen de seguridad. Sus operadores señalan que no quiere ni hacer campaña.
La pelea que queda
No queda claro cuando el alcalde renunciará. Su candidatura sin renunciar se sostiene sobre una de esas resoluciones polémicas que buscaban contentar a unos y otros en pleno escándalo por la habilitación de Evo Morales para 2019, y que vino a decir que como el Presidente no tenía que renunciar para postular, el resto tampoco. Todo argumentado el mismo Pacto de San José que Paz y compañía cuestionaban como soporte para habilitar a Morales para la reelección indefinida.
El compromiso del TSE es convocar elecciones subnacionales 48 horas después de que sean posesionadas las autoridades nacionales, que con segunda vuelta sería para finales de diciembre. Si gana, puede esperar hasta entonces. Si pierde, por difícil que parezca, tendría que irse antes por decencia política, aunque no se estile.
Sin Paz, la pelea por la Alcaldía gana enteros, y parece vaya a ser lo más atractivo de la elección de 2021, pues el duelo por la Gobernación se achica luego de que Oliva se haya librado de una derrota blandiendo la bandera de la unidad. A disputar concurrirá el MAS, salvo debacle, y poco más.
El ex alcalde Óscar Montes ha recalculado por enésima vez. Si alguna vez coqueteó con la Gobernación, el calado de la crisis económica que se avecina le quita cualquier atractivo desde las lógicas de poder de UNIR. Sus operadores lo tienen claro: Irá a la Alcaldía.
El exgobernador Mario Cossío está oxidado, pero su olfato es de primera. Salió de Creemos “por la unidad” y Creemos crece. Áñez salió después y Creemos sigue creciendo. La tiranía de las encuestas. Cossío no se ha aburrido de la política y tiene ganas de reivindicarse, pero la realidad que se ha encontrado es distinta a la imaginada. En esas, no va a arruinar sus dotes, más que su legado, en una candidatura intempestiva y sin opciones. Camino al Cambio ya había emprendido su repliegue municipal, donde no tiene voz pero sí núcleo duro, y de ahí, opciones para una elección dividida.
El subgobernador de Cercado, Johnny Torres, no ha podido administrar solventemente una canasta alimentaria para el adulto mayor, mil veces interrumpida, pero ya manifestó su intención de candidatear como alcalde antes de que su amigo Montes hablara. Torres sabe que las encuestas lo tienen en alta estima. O lo tenían. Y además, está Virginio Lema haciendo puntos para una u otra cosa.
El equipo de Paz tendrá que poner candidato. Aunque de momento no haya nada claro y la propia Patricia Paputsakis calcule otras opciones. Si Carlos Mesa es gobierno, evidentemente tendrá que buscar un interlocutor de los suyos. Aunque nadie sepa quiénes son los suyos.
También el Gobernador tendrá que buscar un cabeza de cartel que pueda dar pelea, al menos como concejal, porque no le ha ido mal en esta legislatura con Alan Echart y porque los riesgos de que le asocien con cualquiera también pueden pasar factura.
Y estará el MAS, que en Cercado suma entre el 25 y el 30% y eso sirve para ganar en otras ciudades, porque el pulso está furo.