Quecaña y sus nervios
El hoy ejecutivo regional del Gran Chaco era un dicharachero joven asambleísta departamental en la primera legislatura autónoma de Tarija. José Quecaña era el único asambleísta del MAS del Chaco, copado entonces por el PAN de Bru y Cardozo. Era, además, un digno representante del sector...



El hoy ejecutivo regional del Gran Chaco era un dicharachero joven asambleísta departamental en la primera legislatura autónoma de Tarija. José Quecaña era el único asambleísta del MAS del Chaco, copado entonces por el PAN de Bru y Cardozo. Era, además, un digno representante del sector gremial intercultural de Yacuiba, sin duda una mayoría muy significativa.
A Quecaña le dio tiempo de hacer de todo, hasta de comerse un saice en la testera mientras se trataba la suspensión de Mario Cossío. Después formó parte de esa extraña entente que conformaron Zulema Saracho, David Poma y él mismo, jóvenes e irreverentes.
Su único empeño durante toda la legislatura fue el “Prosol Urbano”, un bono para gremiales en el que insistió y que finalmente se convirtió en el Fondo Oportunidad cuya autoría ahora se disputan aún sin cuestionar lo productivo de financiar esos sectores, razón por la cual se negaba la aspiración de Quecaña.
Quecaña había pasado por el Comité Cívico desde la dirigencia de los mercados en los tiempos más duros de la lucha autonómica; nunca había sido muy autonomista, pero por una de esas carambolas del destino, consiguió llegar al punto más alto de la autonomía regional.
Lo más difícil fue sacar a Marcial Rengifo de la intención se reelegirse por el MAS en Yacuiba. Quecaña supo no se sabe cómo acercarse a Brú en el momento preciso en el que éste se hacía el favorito de Morales y Rengifo caía en desgracia. Después resultó electo ejecutivo seccional/subgobernador casualmente en la misma circunscripción donde Carlos Brú perdió la alcaldía de Yacuiba a manos de Ramiro Vallejos apoyado por Wilman Cardozo. Cosas del voto cruzado.
Después forzó el Estatuto y se convirtió en el ejecutivo más poderoso de la incipiente Autonomía Regional de forma interina y ciertamente tenía todo de cara para hacer buena gestión… pero el tiempo fue pasando y pasando.
Quecaña tenía un agujero en el presupuesto similar al de la Gobernación, pero no dijo nada. También multitud de promesas sobre proyectos que nunca avanzaban. Al final Quecaña, para mostrar que algo hace, tuvo que comprometer recursos por encima de lo legal…
Eso y cargar contra la prensa.
¿Qué posibilidades reales tiene Quecaña de seguir en el cargo para las elecciones de 2020? De momento solo Carlos Brú lo sabe.
A Quecaña le dio tiempo de hacer de todo, hasta de comerse un saice en la testera mientras se trataba la suspensión de Mario Cossío. Después formó parte de esa extraña entente que conformaron Zulema Saracho, David Poma y él mismo, jóvenes e irreverentes.
Su único empeño durante toda la legislatura fue el “Prosol Urbano”, un bono para gremiales en el que insistió y que finalmente se convirtió en el Fondo Oportunidad cuya autoría ahora se disputan aún sin cuestionar lo productivo de financiar esos sectores, razón por la cual se negaba la aspiración de Quecaña.
Quecaña había pasado por el Comité Cívico desde la dirigencia de los mercados en los tiempos más duros de la lucha autonómica; nunca había sido muy autonomista, pero por una de esas carambolas del destino, consiguió llegar al punto más alto de la autonomía regional.
Lo más difícil fue sacar a Marcial Rengifo de la intención se reelegirse por el MAS en Yacuiba. Quecaña supo no se sabe cómo acercarse a Brú en el momento preciso en el que éste se hacía el favorito de Morales y Rengifo caía en desgracia. Después resultó electo ejecutivo seccional/subgobernador casualmente en la misma circunscripción donde Carlos Brú perdió la alcaldía de Yacuiba a manos de Ramiro Vallejos apoyado por Wilman Cardozo. Cosas del voto cruzado.
Después forzó el Estatuto y se convirtió en el ejecutivo más poderoso de la incipiente Autonomía Regional de forma interina y ciertamente tenía todo de cara para hacer buena gestión… pero el tiempo fue pasando y pasando.
Quecaña tenía un agujero en el presupuesto similar al de la Gobernación, pero no dijo nada. También multitud de promesas sobre proyectos que nunca avanzaban. Al final Quecaña, para mostrar que algo hace, tuvo que comprometer recursos por encima de lo legal…
Eso y cargar contra la prensa.
¿Qué posibilidades reales tiene Quecaña de seguir en el cargo para las elecciones de 2020? De momento solo Carlos Brú lo sabe.