Lo que queda de la Federación Campesina
Luis Alfaro está a punto de lograr el objetivo para el que fue contratado como Secretario de Gobernación de Adrián Oliva: Partir la Federación de Campesinos.



Eso sí, atribuirle todo el mérito sería un exceso, pues en la deriva juega fuerte el poderoso componente de la ambición política de sus principales dirigentes.Solo alguien muy torpe, o muy hábil en la traición, podría haber impulsado una movilización campesina deliberadamente minúscula justo al día siguiente de llegar a una serie de acuerdos con la Gobernación sobre el Programa Solidario Comunal (Prosol). La “simbólica” marcha borra de la memoria las contundentes movilizaciones de 2016, con dos bloqueos y una marcha multitudinaria de verdad que devolvieron a la Federación Sindical de Comunidades Campesinas de Tarija al centro del tablero político en Tarija.Hoy apenas es un recuerdo, no solo por la escuálida convocatoria del martes, sino porque, definitivamente, no han logrado los objetivos para los que se movilizaron.En agosto la Federación volverá a concentrarse para elegir una nueva directiva, una que le lleve hasta las puertas de las elecciones nacionales y departamentales y esencialmente, a la que recurrirá el Movimiento Al Socialismo para respaldar el plan, todavía no demasiado explicitado, para lograr la reelección del presidente Evo Morales.Mientras unos y otros dan por amortizado a Santos Valdez, ejecutivo que ha cumplido discretamente con su misión, siempre en segundo plano por la vehemencia juvenil de Eider Quiroga y Marcelo Guerrero entre otros, la cuestión es saber quién va a pilotar el nuevo periodo. El bloque no está unido, mientras unos fueron a la marcha otros a la reunión y Santos Valdez no firmó el documento.El sector que controla el Movimiento Al Socialismo en Tarija no quiere juegos de última hora y a Eider Quiroga y los suyos, por ejemplo, le gustan demasiado. Quiroga ha manifestado en numerosas ocasiones su desprecio por los “invitados” que han copado los cargos de poder institucional sin dar un palo al agua en la vida orgánica, ni siquiera en campaña. El MAS ha volado por los aires, los gremiales han buscado mejor calor, al igual que los dirigentes de la COD. Las Bartolinas no se recuperan del golpe que ha supuesto la detención de Julia Ramos, y que todavía se usa como arma arrojadiza contra ellas, los interculturales siguen con demasiadas cabezas, la vieja guardia comunista y los activistas del magisterio se prestan a complejos amarres de voces con aquello del silencio calculado.Actualmente solo la Federación de Campesinos y el lobby converso que representan al sector tradicional del básquet tarijeño, con el ministro Luis Alberto Sánchez y Pablo Canedo a la cabeza, pero también con los hermanos Lema, Churqui Coronado y otros tantos, son los que se mantienen activos. Unos ponen la fuerza, los otros administran el poder que la Vicepresidencia les transfiere. No a todos los campesinos les gusta. Al menos no a Eider Quiroga. Pero así está la partida.En ese enroque y con el Movimiento Al Socialismo perdiendo base social a marchas aceleradas, no parece una buena idea que se intervenga en la Federación de Campesinos para lograr un ejecutivo dócil con las directrices de la Vicepresidencia en Tarija, más aún si se considera el riesgo de que pueda acceder al cargo alguien próximo a Alfaro y su gente al partir en dos a los que siguen abrazados al proceso de cambio.Y es que la dinámica del Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos es así, mientras se está dentro de la Federación se forma parte del MAS, bien sea desde el punto de vista crítico o más dócil. Otra cosa es que desde el Gobierno se hayan habilitado formas alternativas de consenso para restar poder a la Coordinadora Nacional del Cambio (Conalcam) y sus pequeñas departamentales conformadas por las matrices (campesinos, bartolinas, indígenas y cocaleros/interculturales), todas ellas tocadas de muerte a partir del escándalo del Fondo Indígena, que hasta hoy no se ha ventilado.