El MAS – Tarija se aferra al ministerio
Pasados cuatro meses de gestión en la oposición, el Movimiento Al Socialismo (MAS) ha perdido toda iniciativa en el departamento de Tarija.



Tras la renovación de las dirigencias regionales y departamentales, incluyendo la de la Federación de Campesinos, se esperaba que el Instrumento Político tomara un nuevo impulso y reordenara un discurso que se disipó hasta el extremo durante la gestión del ex gobernador interino Lino Condori. Lejos de lograrlo, la “eliminación” de algunas figuras públicas acosadas por los escándalos, como la dirigente bartolina Julia Ramos y el reacomodo en cargos de responsabilidad estatal ha controvertidos voceros de la pasada gestión no ha dado señales de regeneración. Por si faltaba algo, el trabajo en la Asamblea Legislativa, donde el MAS goza de una mayoría abrumadora, parece atender solo a intereses sectarios y poco públicos. Por partes.¿Dónde está el instrumento?Desde que el MAS es el MAS, en Tarija se ha asimilado a dos nombres y sus respectivos rostros; Julia Ramos y Luis Alfaro. La férrea lideresa de las Bartolinas, ex ministra y compañera de batallas del presidente Evo Morales desde los inicios apareció señalada por la gestión del Fondo Indígena en Tarija. Tras someras explicaciones sobre las inversiones realizadas en proyectos a medias ha preferido quitarse del medio y apenas se prodiga siquiera en las visitas del presidente a Tarija. Ramos de alguna manera bendijo la incorporación de los “invitados” al poder en Tarija respaldando la candidatura de Pablo Canedo con fuerza. Las Bartolinas están retrocediendo ante nuevas formas de organización.La historia de Luis Alfaro es todavía más controvertida, pues hoy ocupa el despacho al lado del gobernador Adrián Oliva, que no es del MAS. Alfaro inició la rebelión junto con otros líderes históricos del movimiento campesino que se despojaron de las siglas para hacer carrera en solitario. Hoy es el secretario de Gobernación con mucha influencia (o toda) en la secretaría de Desarrollo Productivo y todo el área próxima a los intereses campesinos. Básicamente Prosol y aquellas descentralizadas que viven pegadas a la Gobernación como el INRA así como los servicios agropecuarios en sus varias fórmulas. Desde esas líneas, la influencia del MAS en el movimiento campesino está retrocediendo, según unos o agazapada esperando el error, según otros.El nuevo líder del MAS departamental, Casildo Gudiño, se ha visto asediado por los “asesores” que ya cercaron a su antecesor, Roger Janko, hasta diluir su voz en el anonimato. De las pocas atribuciones que todavía le quedaban al aparato orgánico era su opinión en los nombramientos de las descentralizadas sin embargo, las recolocaciones no han dejado indiferente a nadie.La de Pablo Canedo era de esperar para recompensar el sacrificio; la dirección de la Oficina Trinacional del Río Pilcomayo le permite a la vez seguir en una discreta primera línea y además, profundizar en el conocimiento del terreno. La de Ramón Vilca, mano derecha de Lino Condori desde la oficina de Recursos Humanos como nuevo director regional del Ministerio de Trabajo levantó muchas más ampollas, sobre todo por el tema que se traía entre manos. La de Hugo León, ex concejal que viró hacia el oficialismo desde la dirigencia del paradigmático Sindicato de Transporte Libre, como nuevo director del INRA parece responder a un acuerdo transaccional ante los numerosos vetos. No en vano León se ofreció incluso para postular al Comité Cívico y siempre estuvo a disposición del partido incluso en los momentos más difíciles de los últimos años.¿Quién ordena la Asamblea?A pesar de tener una mayoría abrumadora en la Asamblea, con 16 escaños de 30 de color azul y sin contar con los aliados de ISA y de la bancada indígena, de momento todas las iniciativas del MAS en solitario se cuentan por derrotas. El tema es más complejo que una sencilla ecuación; al parecer los muchos refugiados como asesores de la anterior gestión plantean la victoria a partir de sortear las leyes vigentes con cualquier chicana mientras que los “nuevitos”, por muy “nuevitos” contemplan (afortunadamente y de momento) un nivel más elevado de sentido de la vergüenza.En cualquier caso y conforme avanza la legislatura la bipolaridad se tensará. Los legisladores no saben si responder a los pequeños barones provinciales, hoy mucho más apocados que en pasadas épocas merced al Estatuto vigente y también a la debacle de los ingresos o por el contrario buscar una fuente más ideológica que les permita plantear una visión departamental diferente a la que promueve el ejecutivo. De momento no existe y el partido no está en condiciones de generarla. Más aún, la mesa Directiva de la Asamblea ya ha quebrado el dogmatismo y se precia al debate con resultados ya tangibles. Evo lo sabe y ya ha hecho de William Guerrero su invitado principal en cada acto que se precie, pero el presidente de la Asamblea también sabe que el día a día es mucho más duro que lo que se ve en televisión.Aferrados al ministerioEl poder orgánico del MAS Tarija respecto al nacional ya se resintió hace dos años y quedó de manifiesto con la última conformación del gabinete en enero de 2015. Sólo Luis Alberto Sánchez se quedaba a las órdenes de Evo. Cierto que en un ministerio de mucho peso, como el de Hidrocarburos, pero el de Justicia que ocuparon Julia Ramos, Nilda Copa y la propia Sandra Gutiérrez ya no volvió a ser tarijeño. Ni hablar del productivo que ocupó Nilda Sosa en los albores del proceso.Sea como fuere, Sánchez se ha convertido en la esperanza del MAS en Tarija. De hecho su ritmo de anuncio-firma-inauguración, aunque resulte repetitivo en ocasiones, es superior al del gobernador Adrián Oliva y al de la mayoría de compañeros del gabinete. De momento ha inaugurado la planta Separadora de Líquidos, al fin de verdad, se ha firmado el crédito para ampliar la Termoeléctrica del Sur, se ha incluido presupuesto para licitar la petroquímica del Chaco y se ha traído dos eventos de lo más “pintudos” a Tarija: La Cumbre Binacional con Argentina con el superministro Julio De Vido a la cabeza y la Cumbre de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) que en si resulta un evento de mayor envergadura que el G77 aunque resulte menos vistoso en términos folklóricos.Del ministerio de Hidrocarburos y Energía depende buena parte del éxito de Tarija en su conjunto en los próximos años, de cómo sortee la crisis y de cómo siembre las mimbres para que no vuelvan a pasar los desmanes del pasado. La posibilidad de asociar al departamento en los diferentes emprendimientos energéticos e hidrocarburíferos parece más real que nunca e incluso se han iniciado las primeras conversaciones. Con todo, los calendarios avanzan y la concreción no llega. Unos y otros saben que lo mejor sería sacar estos temas de la agenda electoral. Todavía hay margen. Unos y otros deberán ser capaces de administrar las pasiones y seleccionar convenientemente las batallas que se quieren y no se quieren librar.
El poder territorial en el tablero
El MAS sigue gobernando sobre 8 de las 11 subgobernaciones, con una alianza estable además con Robert Ruíz, de ISA, en Villa Montes. Si bien no controla la capital, si controla el territorio en el Chaco y Bermejo, los núcleos más poblados, además de la zona alta hasta Uriondo y Entre Ríos. Sin embargo, la Asociación de Ejecutivos Seccionales, ese lobby que funcionó a la perfección durante la gestión interina de Lino Condori ha perdido influencia en la gestión de Adrián Oliva y no solo por la falta de recursos o por las reformas organizacionales contempladas en el Estatuto.Never Vega en Bermejo, Lorgio Torres en Caraparí, Ariel Ortega en Uriondo, Rufino Choque en Padcaya y Walter Ferrufino en Entre Ríos han sido reelectos con el MAS. Son pues herederos de una gestión particular, con una forma particular de hacer las cosas, transitando ahora hacia una gestión con menos recursos y que tiene otra forma de hacer las cosas.Los cinco son supervivientes llegados al MAS de diferentes maneras, muchos por reconversión radical como Never Vega, que llegó desde ADN - PODEMOS – CC tan pronto como cayó Mario Cossío, al igual que Ortega y otros menos necesitados de aparatos como Lorgio Torrez, que ya se había acomodado en esa bisagra llamada PAN.De todos ellos, Ferrufino es el que más ambiciones de futuro tiene. También posibilidades. Además cuenta con la presidencia de la mencionada asociación, capaz de transmutarse a sindicato o lobby silencioso en función de la coyuntura.Sin embargo, el debate sigue estancado. Los territorios no hablan el mismo lenguaje entre sí independientemente de la sigla a la que representan. El ultra regionalismo, que sirvió de excusa para seccionar el presupuesto hasta niveles imposibles, haciendo repetir inversiones por decreto, sigue vivo pero ahora arañando la escasez y con la constancia de que el sobre endeudamiento era irracional en una administración tan pírrica como una subgobernación, que no cuenta ni con un mínimo de ingresos propios. En ese contexto, los colores de las subgobernaciones ya han sido trascendidos.
Diversidad política en UDA
No es el Movimiento Al Socialismo (MAS) el único partido que tiene problemas en la cohesión política en sus filas ni en el entendimiento entre sus correligionarios. De hecho, en Unidad Departamental Autonomista, el instrumento que cobijó a la oposición y que algunos llevan tres semanas asegurando que sigue vivo, afecta más la falta de sintonía humana y personal de algunas de sus estrellas que de discrepancias políticas de fondo.El UDA de Adrián Oliva tiene gobernación pero no tiene bancada en la Asamblea mientras que el UDA de Camino al Cambio copa la bancada legislativa pero no tiene asiento en el gabinete, al menos visiblemente. El UDA de Wilman Cardozo es más de la batalla que de la gestión y eso lo padece el alcalde de Yacuiba Ramiro Vallejos, que viniendo del marxismo no se ha cortado en algunas de sus intervenciones para festejar al presidente Morales.Las bancadas de UDA en el Legislativo intentan entenderse y a duras penas lo consiguen. Mientras unos tienden puentes otros ven traiciones y viceversa y la voz de Mario Cossío ya no pesa nada.En UDA además se da un conflicto intergeneracional que ya se vio en campaña y que tiende a superponer a unos sobre otros en lugar de caminar hacia otro tipo de integración en la gestión. Uno de los riesgos de esta apuesta, además del desgaste propio, es el vaciamiento de las bases, las otras estructuras que apuntalan el conjunto de la apuesta política. Con la mayoría de los miembros enrolados en los niveles superiores, y con buenos sueldos, el concepto de la militancia y el tejido social desaparece más temprano que tarde. Los nexos con la estructura universitaria son difusos y mal encaminados y también se ha descuidado el Comité Cívico, dando espacio a otros grupos que vienen trabajando en silencio desde hace tiempo. UDA no aspira a trascender como estructura política, a crear un “udismo” equiparable al “masismo” o “mirismo”, pero de alguna forma deberían encontrar los mecanismos para solucionar sus conflictos de forma colegiada y no descuidar las otras agendas ni depositar todas las esperanzas en una sola carta.