Los disturbios antiinmigración se expanden por Reino Unido. ¿Habrá efecto dominó en Europa?
El asesinato de tres niñas ha desencadenado la peor ola de violencia en el país desde 2011 después de que se difundieran rumores falsos sobre la procedencia y la religión del atacante. Hay más de cuatrocientos detenidos.
¿Qué tienes que saber?
Reino Unido vive una crisis de violencia desde el pasado 30 de julio. Los disturbios comenzaron en Southport con el asalto a una mezquita. Horas antes, se propagó en redes el rumor falso de que el asesino, nacido en Cardiff, era solicitante de asilo y musulmán. Las protestas se expandieron a otros lugares como Londres, Liverpool o Irlanda del Norte.
El Gobierno británico ha prometido mano dura contra los disturbios. El primer ministro Keir Starmer ha propuesto un «ejército permanente» de policías y juicios exprés para los alborotadores. Starmer ha calificado las protestas como «violencia de extrema derecha».
El líder ultraderechista, Nigel Farage, ha pedido convocar al Parlamento para debatir sobre la inmigración. Farage ha sido acusado de instigar los disturbios después de cuestionar si la policía estaba diciendo la verdad sobre el ataque. Starmer ha rechazado revocar el receso del Parlamento.
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¿Por qué es importante?
El sentimiento antiinmigratorio ha crecido en Reino Unido en esta década. El rechazo a la inmigración fue uno de los factores que propiciaron el brexit en 2016. La crisis económica, la falta de suministros y el deterioro de los servicios públicos han agravado esta tendencia.
La importancia del tema migratorio ha impulsado a la ultraderecha. En las últimas elecciones, Reform UK –el partido de Farage– entró en el Parlamento con el 14,3% de los votos. Y en el Partido Conservador, el ala dura ha impuesto su retórica antiinmigratoria, defendiendo la deportación a Ruanda de inmigrantes en situación irregular.
Es significativo que los principales focos de violencia se sitúen en el norte de Inglaterra. Estos distritos industriales de tradición laborista concentran un gran porcentaje de población blanca trabajadora. Su precarización ha incentivado los sentimientos nacionalistas, proteccionistas y contrarios a la inmigración.
La crisis de violencia en Reino Unido amenaza con desencadenar un efecto dominó en Europa. Países como Francia, Alemania o Suecia ya vivieron disturbios similares en el pasado. La desinformación a través de las redes sociales facilita que puedan reproducirse en otros lugares.
¿Qué cabe esperar?
Es muy probable que las protestas se prolonguen y extiendan por Reino Unido. A medida que se intensifiquen, existen serias opciones de que se trasladen a otros países como Francia, donde el malestar político y la polarización en torno a la inmigración es elevada.
La ultraderecha se beneficiará de los disturbios contra la inmigración. Las protestas también afectarán a la elección del próximo líder del Partido Conservador. Es probable que beneficien a los aspirantes del ala dura y obliguen a los candidatos a endurecer sus posiciones antiinmigratorias.
La crisis de violencia acabará con la luna de miel poselectoral de Starmer. Con ello, su Gobierno tendrá que decidir si endurecer la política migratoria. Al igual que ha sucedido con los socialdemócratas en Dinamarca y Alemania, es posible que los laboristas abracen posiciones más restrictivas con la intención de contener el auge de la ultraderecha.