Inseguridad, pobreza y narcotráfico
Así es el Ecuador en plena crisis política que recibirá Noboa
El joven mandatario electo tendrá solo 17 meses para tratar de enderezar la crítica situación que atraviesa el país andino acogotada por la inflación mundial y por los problemas del narco
El presidente electo Daniel Noboa prometió, tras ganar los comicios electorales, “devolverle una sonrisa” a Ecuador, sin duda todo un reto en un país cada vez más asolado por la violencia del narcotráfico, económicamente estancado y en una profunda crisis política.
El asesinato del candidato Fernando Villavicencio, un periodista anticorrupción, sacudió la campaña para los comicios adelantados y puso en evidencia ante el mundo el mayor problema de Ecuador: la expansiva presencia de bandas de narcotraficantes en este pequeño país andino entre Colombia y Perú - los dos mayores productores de cocaína del mundo - volvió moneda corriente el sicariato, los secuestros y los sangrientos motines carcelarios, que desde 2019 se han cobrado la vida de al menos 497 presos.
“Tenemos que tener mano dura si queremos salvar a este país de esta inseguridad” Daniel Noboa, presidente electo de Ecuador
Un dato muestra muy bien el deterioro de la seguridad en un país que hace años presentaba una de las mejores cifras de Latinoamérica: entre 2018 y 2022 la tasa de homicidios se cuadriplicó hasta llegar a 26 por cada 100.000 habitantes.
Ecuador “vive una guerra”
Ecuador “vive una guerra (...). Tenemos que tener mano dura si queremos salvar a este país de esta inseguridad”, aseguró Noboa.
El mandatario electo, el más joven de la historia del país, con 35 años, plantea, entre otras cosas, reformar las instituciones de seguridad, crear barcos prisiones para aislar a los reclusos de sus redes criminales y fomentar programas de rehabilitación.
Pero a la vez aboga por políticas de prevención, como invertir en educación y en creación de empleo, para combatir al crimen organizado. “El enfoque actual, principalmente punitivo, ha demostrado ser insuficiente”, dijo en varias ocasiones.
Noboa, hijo de Álvaro Noboa, el empresario bananero que se convirtió en uno de los hombres más ricos del país, enfrenta también el reto de enderezar una economía que no se recuperó del golpe de la pandemia y que obligó a muchos miles de ecuatorianos a emigrar.
No obstante, Noboa tiene solo 17 meses de mandato, un tiempo demasiado corto para acometer reformas profundas. Por ello, ha anunciado que buscará la reelección en 2025.
Estrechez fiscal
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la dolarizada economía ecuatoriana crecerá este año 1,4 %, la mitad de lo estimado en un principio, y enfrentará un déficit fiscal de 5.000 millones de dólares, que representa cerca del 4 % del PIB.
Un dato preocupante, pues el país necesitará dinero para suplir la caída en los ingresos del petróleo -uno de sus principales productos de exportación- por el cierre del yacimiento del Yasuní, decidido en consulta popular y para sufragar los gastos que previsiblemente dejará el fenómeno climático de 'El Niño', entre finales de 2023 y el primer semestre de 2024.
Las opciones de Noboa a nivel fiscal son bien reducidas. El actual mandatario conservador, Guillermo Lasso, pidió prestados al FMI 6.500 millones de dólares, con lo que es difícil que el presidente electo consiga más recursos del organismo para un gobierno que, en principio, es tan corto.
Otras medidas como subir impuestos o retocar el subsidio de la gasolina resultan demasiado impopulares.
Por otra parte, los niveles de pobreza alcanzaron al 27 % de la población, y al 10,8 % en situación de pobreza extrema, con datos a junio de este año. En tanto, el desempleo estaba en un 3,5 % en agosto pasado, pero la tasa de subempleo sigue siendo muy alta, del 21,2 %.
La gobernabilidad
Otro reto para Noboa será conseguir la gobernabilidad en un país que desde las últimas décadas del siglo pasado se ganó la fama de ingobernable, hasta la llegada de Rafael Correa al poder (2007-2017).
El mandatario electo deberá lidiar con una Asamblea Nacional con el correísmo como primera fuerza en el hemiciclo, aunque sin mayoría absoluta.
Transición
Esta semana, Lasso y Noboa se reunieron por primera vez en el palacio presidencial de Carondelet y de inmediato comenzaron una transición que llevará al joven empresario a un corto mandato, hasta mayo de 2025.
Tras llegar a la casa de Gobierno, Noboa saludó desde sus balcones a cientos de seguidores que llegaron hasta el centro histórico de Quito para demostrarle respaldo.
Lasso felicitó a Noboa por el “nítido triunfo”, así como por la campaña electoral “muy alegre” y “en paz”, y destacó la importancia de “iniciar lo más pronto posible un proceso de transición ordenada”.
A su turno, Noboa apuntó que el suyo es un “proyecto renovador que se enfoca en los más desatendidos en este momento en la nación”.
Comentó que el periodo de transición será “muy importante para la democracia” y debe ser una transición correcta con “cooperación real”.