Venezuela: declaran estado alarma por crisis eléctrica
Los problemas de abastecimiento en Venezuela se agudizaron el lunes ante la intermitencia del servicio eléctrico, con muchas personas luchando por conseguir productos básicos y agua, cuatro días después de un apagón que dejó a oscuras casi todo el país. Ante la crisis, el Congreso...



Los problemas de abastecimiento en Venezuela se agudizaron el lunes ante la intermitencia del servicio eléctrico, con muchas personas luchando por conseguir productos básicos y agua, cuatro días después de un apagón que dejó a oscuras casi todo el país.
Ante la crisis, el Congreso presidido por el opositor Juan Guaidó decretó estado de alarma por 30 días, que se autoriza cuando hay calamidades públicas que afectan la seguridad de la nación, según la Constitución.
Debido a lo prolongado del corte, que ya lleva más de 90 horas, el gobierno del presidente Nicolás Maduro volvió a extender por un día más la suspensión de las clases y la jornada laboral que había establecido el viernes.
La falta de electricidad en buena parte de la capital desde el jueves por la tarde llevó a fallas en el suministro de agua residencial y comercial. En protesta, vecinos del oeste de la ciudad bloquearon parcialmente la principal autopista y exigieron al gobierno que distribuya camiones cisterna con agua.
Aunque el gobierno culpa de los cortes de electricidad a “sabotajes”, especialistas aseguran que el sistema no recibe mantenimiento ni inversiones desde hace años en medio de una profunda crisis económica.
El gobierno ha dicho que está luchando por restablecer por completo el servicio, pero los incidentes siguen: en la madrugada del lunes, la subestación de energía Humboldt en Caracas estalló y dejó sin suministro a algunas zonas de la ciudad. Las autoridades dijeron que investigaban las causas.
“No es normal que ocurran explosiones de transformadores en las subestaciones de distribución”, dijo Winston Cabas, presidente de una asociación de ingenieros eléctricos, atribuyendo los incidentes a la falta de mantenimiento.
Cabas calculó que el restablecimiento completo del servicio eléctrico podría demorar hasta seis días.
Cientos de personas pagaban en dólares bolsas de hielo o hacían monumentales filas en algunos puntos de Caracas para llenar envases con pequeños chorros de agua que descendían de una montaña, según testigos Reuters.
“Nos están asfixiando a todos (...) el agua es difícil de conseguir”, dijo Francisco Suárez, de 57 años.
Otras regiones, como la población andina de San Cristóbal, cerca a la frontera con Colombia, seguían sin luz el lunes, de acuerdo con un testigo de Reuters.
“No vamos a ser nosotros los que permitamos que se normalice una tragedia como esta. Por eso, este decreto de estado de alarma”, dijo Guaidó durante la aprobación del decreto que ordena a las fuerzas armadas resguardar instalaciones eléctricas y a los cuerpos de seguridad no obstaculizar las protestas.
Más impactos
En una señal de la gravedad del apagón, el principal terminal petrolero de Venezuela, Jose, no ha reiniciado las exportaciones desde entonces, dijeron a Reuters fuentes, que destacaron que un 65 por ciento de la energía que consume ese complejo proviene del sistema eléctrico nacional.
La terminal, en el extremo nororiental venezolano, está aplicando un plan de contingencia para restablecer la energía, dijo una de las fuentes de la industria petrolera, que genera el 95 por ciento de las divisas que ingresan al país.
Y los mejoradores de crudo de la Faja del Orinoco están operando al mínimo tras la falla, agregaron las fuentes.
El despacho o exportación de crudo “está paralizado”, dijo una fuente. “El Gobierno nacional ha decidido que debe haber un racionamiento de electricidad hasta que restablezca el 100 por ciento de la red nacional, para que el complejo pueda consumir energía del sistema eléctrico nacional”.
Ni el Ministerio de Petróleo ni la estatal PDVSA respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios.
La falta de electricidad ha agravado la crisis de los hospitales, que ya prestan servicios muy menguados por la falta de inversión y de mantenimiento, a lo que se suma la escasez de medicinas.
Ante la crisis, el Congreso presidido por el opositor Juan Guaidó decretó estado de alarma por 30 días, que se autoriza cuando hay calamidades públicas que afectan la seguridad de la nación, según la Constitución.
Debido a lo prolongado del corte, que ya lleva más de 90 horas, el gobierno del presidente Nicolás Maduro volvió a extender por un día más la suspensión de las clases y la jornada laboral que había establecido el viernes.
La falta de electricidad en buena parte de la capital desde el jueves por la tarde llevó a fallas en el suministro de agua residencial y comercial. En protesta, vecinos del oeste de la ciudad bloquearon parcialmente la principal autopista y exigieron al gobierno que distribuya camiones cisterna con agua.
Aunque el gobierno culpa de los cortes de electricidad a “sabotajes”, especialistas aseguran que el sistema no recibe mantenimiento ni inversiones desde hace años en medio de una profunda crisis económica.
El gobierno ha dicho que está luchando por restablecer por completo el servicio, pero los incidentes siguen: en la madrugada del lunes, la subestación de energía Humboldt en Caracas estalló y dejó sin suministro a algunas zonas de la ciudad. Las autoridades dijeron que investigaban las causas.
“No es normal que ocurran explosiones de transformadores en las subestaciones de distribución”, dijo Winston Cabas, presidente de una asociación de ingenieros eléctricos, atribuyendo los incidentes a la falta de mantenimiento.
Cabas calculó que el restablecimiento completo del servicio eléctrico podría demorar hasta seis días.
Cientos de personas pagaban en dólares bolsas de hielo o hacían monumentales filas en algunos puntos de Caracas para llenar envases con pequeños chorros de agua que descendían de una montaña, según testigos Reuters.
“Nos están asfixiando a todos (...) el agua es difícil de conseguir”, dijo Francisco Suárez, de 57 años.
Otras regiones, como la población andina de San Cristóbal, cerca a la frontera con Colombia, seguían sin luz el lunes, de acuerdo con un testigo de Reuters.
“No vamos a ser nosotros los que permitamos que se normalice una tragedia como esta. Por eso, este decreto de estado de alarma”, dijo Guaidó durante la aprobación del decreto que ordena a las fuerzas armadas resguardar instalaciones eléctricas y a los cuerpos de seguridad no obstaculizar las protestas.
Más impactos
En una señal de la gravedad del apagón, el principal terminal petrolero de Venezuela, Jose, no ha reiniciado las exportaciones desde entonces, dijeron a Reuters fuentes, que destacaron que un 65 por ciento de la energía que consume ese complejo proviene del sistema eléctrico nacional.
La terminal, en el extremo nororiental venezolano, está aplicando un plan de contingencia para restablecer la energía, dijo una de las fuentes de la industria petrolera, que genera el 95 por ciento de las divisas que ingresan al país.
Y los mejoradores de crudo de la Faja del Orinoco están operando al mínimo tras la falla, agregaron las fuentes.
El despacho o exportación de crudo “está paralizado”, dijo una fuente. “El Gobierno nacional ha decidido que debe haber un racionamiento de electricidad hasta que restablezca el 100 por ciento de la red nacional, para que el complejo pueda consumir energía del sistema eléctrico nacional”.
Ni el Ministerio de Petróleo ni la estatal PDVSA respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios.
La falta de electricidad ha agravado la crisis de los hospitales, que ya prestan servicios muy menguados por la falta de inversión y de mantenimiento, a lo que se suma la escasez de medicinas.