Analista plantea dudas sobre el futuro del Grupo de Lima
Las crecientes contradicciones entre los miembros del Grupo de Lima, formado por gobierno contrarios al de Venezuela, plantean dudas sobre su futuro, planteó el domingo el analista internacional peruano Farid Kahhat. Plantea que esas diferencias serán mucho mayores, cuando asuman los nuevos...

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Las crecientes contradicciones entre los miembros del Grupo de Lima, formado por gobierno contrarios al de Venezuela, plantean dudas sobre su futuro, planteó el domingo el analista internacional peruano Farid Kahhat.
Plantea que esas diferencias serán mucho mayores, cuando asuman los nuevos gobernantes de México y Brasil, con posiciones muy diferenciadas respecto a Venezuela.
En un análisis del tema, señala que el grupo tiene 14 miembros, insuficientes para aplicar la llamada Carta Democrática Interamericana, previstas contra regímenes golpistas, y no está integrado por Estados Unidos, lo que denotaría un intento de marcar distancias de las posiciones extremas del gobierno de Donald Trump, que no descarta usar la fuerza contra Venezuela.
‘El Grupo de Lima ya había claudicado en su agenda democrática cuando aceptó como válidas en uno de sus estados miembros (Honduras) elecciones en las que, según la Misión de Observación Electoral de la OEA, ‘el cúmulo de irregularidades y deficiencias son tales que no permiten tener plena certeza sobre el resultado’’.
Señala la contradicción de que el gobierno de Honduras sigue suscribiendo los pronunciamientos del Grupo de Lima contra la administración venezolana.
Para Kahhat, esas contradicciones son menores respecto a lo que podría ocurrir cuando Jair Bolsonaro asuma la presidencia de Brasil, pues los dos países más grandes del grupo, Brasil y México, ‘tendrán agendas incompatibles respecto a lo que ocurre en Venezuela’.
Explica que mientras Bolsonaro se propone combatir contra las fuerzas de izquierda en América Latina y su agenda exterior coincide con la de Trump respecto a la posibilidad de emplear medios coercitivos contra el gobierno venezolano.
Por su parte, agrega el comentarista, el nuevo gobierno de México parece dispuesto a retomar la denominada Doctrina Estrada, de no intervención en los asuntos internos de otros estados, y el presidente López Obrador se ha negado a atacar al gobierno de Venezuela.
Kahhat anota además que en septiembre pasado el gobierno conservador de Colombia, fundador del Grupo de Lima, se abstuvo por primera vez de firmar un pronunciamiento del bloque que expresó ‘preocupación y rechazo ante cualquier curso de acción o declaración que implique una intervención militar en Venezuela’.
Plantea que esas diferencias serán mucho mayores, cuando asuman los nuevos gobernantes de México y Brasil, con posiciones muy diferenciadas respecto a Venezuela.
En un análisis del tema, señala que el grupo tiene 14 miembros, insuficientes para aplicar la llamada Carta Democrática Interamericana, previstas contra regímenes golpistas, y no está integrado por Estados Unidos, lo que denotaría un intento de marcar distancias de las posiciones extremas del gobierno de Donald Trump, que no descarta usar la fuerza contra Venezuela.
‘El Grupo de Lima ya había claudicado en su agenda democrática cuando aceptó como válidas en uno de sus estados miembros (Honduras) elecciones en las que, según la Misión de Observación Electoral de la OEA, ‘el cúmulo de irregularidades y deficiencias son tales que no permiten tener plena certeza sobre el resultado’’.
Señala la contradicción de que el gobierno de Honduras sigue suscribiendo los pronunciamientos del Grupo de Lima contra la administración venezolana.
Para Kahhat, esas contradicciones son menores respecto a lo que podría ocurrir cuando Jair Bolsonaro asuma la presidencia de Brasil, pues los dos países más grandes del grupo, Brasil y México, ‘tendrán agendas incompatibles respecto a lo que ocurre en Venezuela’.
Explica que mientras Bolsonaro se propone combatir contra las fuerzas de izquierda en América Latina y su agenda exterior coincide con la de Trump respecto a la posibilidad de emplear medios coercitivos contra el gobierno venezolano.
Por su parte, agrega el comentarista, el nuevo gobierno de México parece dispuesto a retomar la denominada Doctrina Estrada, de no intervención en los asuntos internos de otros estados, y el presidente López Obrador se ha negado a atacar al gobierno de Venezuela.
Kahhat anota además que en septiembre pasado el gobierno conservador de Colombia, fundador del Grupo de Lima, se abstuvo por primera vez de firmar un pronunciamiento del bloque que expresó ‘preocupación y rechazo ante cualquier curso de acción o declaración que implique una intervención militar en Venezuela’.