El Papa declara ‘inadmisible’ la pena de muerte
Desde el Vaticano se presentó este jueves una carta a todos los obispos del mundo, en la que se cambia el Catecismo de la Iglesia Católica para declarar que “la pena de muerte es inadmisible” y añadir que la Iglesia “se compromete con determinación a su abolición”. La pena de muerte...



Desde el Vaticano se presentó este jueves una carta a todos los obispos del mundo, en la que se cambia el Catecismo de la Iglesia Católica para declarar que “la pena de muerte es inadmisible” y añadir que la Iglesia “se compromete con determinación a su abolición”.
La pena de muerte es legal en 57 países; datos oficiales señalan que en 2017 se registraron 993 ejecuciones en 23 países y se cuenta un total de 22.000 personas condenadas, en espera de la pena capital.
El líder de la Iglesia Católica tomó tal determinación, luego de recientes hechos que llevaron a ejecuciones de distribuidores de droga en Filipinas y de narcotraficantes en Sri Lanka, además de la decisión del presidente Erdogan de reintroducir en Turquía la pena de muerte, abolida en 2004.
La nueva redacción del artículo 2.267 del Catecismo de la Iglesia Católica señala que “durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común”.
Agrega que “hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves (…) se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado (…) y se han implementado sistemas de detención más eficaces”.
El artículo concluye señalando que para la Iglesia y a la luz del Evangelio, “la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.
La pena de muerte es legal en 57 países; datos oficiales señalan que en 2017 se registraron 993 ejecuciones en 23 países y se cuenta un total de 22.000 personas condenadas, en espera de la pena capital.
El líder de la Iglesia Católica tomó tal determinación, luego de recientes hechos que llevaron a ejecuciones de distribuidores de droga en Filipinas y de narcotraficantes en Sri Lanka, además de la decisión del presidente Erdogan de reintroducir en Turquía la pena de muerte, abolida en 2004.
La nueva redacción del artículo 2.267 del Catecismo de la Iglesia Católica señala que “durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común”.
Agrega que “hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves (…) se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado (…) y se han implementado sistemas de detención más eficaces”.
El artículo concluye señalando que para la Iglesia y a la luz del Evangelio, “la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.