ONU culpa a las autoridades por muertes en Nicaragua
La policía y las autoridades en Nicaragua han matado y encarcelado a personas sin someterlas a un juicio y han cometido actos de tortura, dijo el martes la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas, que pidió al Gobierno poner fin a la violencia que ha cobrado la vida de 280 personas desde...



La policía y las autoridades en Nicaragua han matado y encarcelado a personas sin someterlas a un juicio y han cometido actos de tortura, dijo el martes la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas, que pidió al Gobierno poner fin a la violencia que ha cobrado la vida de 280 personas desde abril.
Un plan del presidente Daniel Ortega para reducir los beneficios de los pensionados desató una ola de protestas a mediados de abril. El Gobierno se retractó de la medida poco después pero su severa respuesta a las manifestaciones generó más turbulencias por el rechazo a la gestión del mandatario.
“Se están cometiendo un amplio rango de violaciones a los derechos humanos, como ejecuciones sumarias, tortura, detenciones arbitrarias y se le está negando al pueblo el derecho a libertad de expresión”, dijo en una rueda de prensa el portavoz de derechos humanos de la ONU, Rupert Colville.
“La gran mayoría de violaciones son cometidas por el Gobierno o por elementos armados que parecen estar trabajando en coordinación con ellos”, aseguró Colville a Reuters.
El presidente Ortega y su esposa Rosario Murillo, la vicepresidente del país, han negado acusaciones previas de violaciones a los derechos humanos y han dicho que entre los fallecidos hay también miembros de la fuerza pública.
“Estamos recuperando la seguridad y la paz en nuestra Nicaragua. Volverá la sonrisa a iluminar los rostros de todas las familias nicaragüenses”, dijo el martes Murillo en un contacto telefónico con la televisión pública.
“Al costo que sea”
Entre el viernes y domingo la violencia recrudeció luego de que grupos armados progubernamentales y efectivos de la fuerza pública irrumpieron en universidades tomadas por manifestantes y rompieron los bloqueos de vías en varias ciudades dejando una decena de fallecidos.
La denominada “operación limpieza” tendría la intención de debilitar la base de las protestas contra Ortega, pero no sólo generó rechazo internacional sino que reavivó la convicción de los manifestantes para exigir la renuncia del presidente, quien enfrenta su peor crisis política desde que asumió en 2007.
Un plan del presidente Daniel Ortega para reducir los beneficios de los pensionados desató una ola de protestas a mediados de abril. El Gobierno se retractó de la medida poco después pero su severa respuesta a las manifestaciones generó más turbulencias por el rechazo a la gestión del mandatario.
“Se están cometiendo un amplio rango de violaciones a los derechos humanos, como ejecuciones sumarias, tortura, detenciones arbitrarias y se le está negando al pueblo el derecho a libertad de expresión”, dijo en una rueda de prensa el portavoz de derechos humanos de la ONU, Rupert Colville.
“La gran mayoría de violaciones son cometidas por el Gobierno o por elementos armados que parecen estar trabajando en coordinación con ellos”, aseguró Colville a Reuters.
El presidente Ortega y su esposa Rosario Murillo, la vicepresidente del país, han negado acusaciones previas de violaciones a los derechos humanos y han dicho que entre los fallecidos hay también miembros de la fuerza pública.
“Estamos recuperando la seguridad y la paz en nuestra Nicaragua. Volverá la sonrisa a iluminar los rostros de todas las familias nicaragüenses”, dijo el martes Murillo en un contacto telefónico con la televisión pública.
“Al costo que sea”
Entre el viernes y domingo la violencia recrudeció luego de que grupos armados progubernamentales y efectivos de la fuerza pública irrumpieron en universidades tomadas por manifestantes y rompieron los bloqueos de vías en varias ciudades dejando una decena de fallecidos.
La denominada “operación limpieza” tendría la intención de debilitar la base de las protestas contra Ortega, pero no sólo generó rechazo internacional sino que reavivó la convicción de los manifestantes para exigir la renuncia del presidente, quien enfrenta su peor crisis política desde que asumió en 2007.