El Vaticano condena a cinco años de cárcel a sacerdote
El Tribunal del Vaticano ha sentenciado, ayer 23 de junio, a cinco años de prisión al exdiplomático y sacerdote Carlo Alberto Capella, por los cargos de posesión y distribución de pornografía infantil, según informó Associated Press. Capella trabajaba como diplomático en la Embajada de...



El Tribunal del Vaticano ha sentenciado, ayer 23 de junio, a cinco años de prisión al exdiplomático y sacerdote Carlo Alberto Capella, por los cargos de posesión y distribución de pornografía infantil, según informó Associated Press.
Capella trabajaba como diplomático en la Embajada de la Santa Sede en Washington, en Estados Unidos (EE.UU.), y fue arrestado en abril de este año en el Vaticano luego de haber sido llamado a consultas debido a que intercambió y tenía en su posesión una “enorme cantidad” de pornografía infantil.
En agosto de 2017, el Departamento de Estado de EE.UU. notificó a la Santa Sede una posible violación de las leyes sobre las imágenes de pornografía infantil por parte de un miembro del cuerpo diplomático de la Iglesia católica acreditado en Washington.
Después de que Capella fuera requerido en Roma, la Policía de Windsor, Canadá, anunció la emisión de una orden de arresto contra él bajo sospecha de poseer y distribuir pornografía infantil en Internet mientras visitaba una iglesia en suelo canadiense.
Desde que estallaron en la década de los 90, los escándalos que salpican a la Iglesia Católica, con numerosos casos de sacerdotes implicados en abuso de menores, no han cesado. La reciente publicación de datos confidenciales sobre las intrigas de la Santa Sede echan leña al fuego a la polémica sobre la discutible ‘santidad’ de algunos miembros de la Iglesia.
Antecedentes
Los casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero de la Iglesia católica hacen referencia a una serie de condenas, juicios e investigaciones sobre casos y crímenes de abuso sexual infantil (menores de edad entre 11 a 14 años).
Los casos han sido documentados y denunciados ante las autoridades civiles de varios países, resultando en la persecución de los pederastas y demandas civiles contra las diócesis de la Iglesia Católica.
Muchos de los casos salen a la luz pública varias décadas después de los hechos. Las demandas ante las autoridades han sido hechas también contra la jerarquía católica, quien en muchas ocasiones obstaculizan las investigaciones, además de no reportar y de hecho encubrir a los sacerdotes pederastas, trasladándolos de las parroquias para evitar su detención y juicio.
Capella trabajaba como diplomático en la Embajada de la Santa Sede en Washington, en Estados Unidos (EE.UU.), y fue arrestado en abril de este año en el Vaticano luego de haber sido llamado a consultas debido a que intercambió y tenía en su posesión una “enorme cantidad” de pornografía infantil.
En agosto de 2017, el Departamento de Estado de EE.UU. notificó a la Santa Sede una posible violación de las leyes sobre las imágenes de pornografía infantil por parte de un miembro del cuerpo diplomático de la Iglesia católica acreditado en Washington.
Después de que Capella fuera requerido en Roma, la Policía de Windsor, Canadá, anunció la emisión de una orden de arresto contra él bajo sospecha de poseer y distribuir pornografía infantil en Internet mientras visitaba una iglesia en suelo canadiense.
Desde que estallaron en la década de los 90, los escándalos que salpican a la Iglesia Católica, con numerosos casos de sacerdotes implicados en abuso de menores, no han cesado. La reciente publicación de datos confidenciales sobre las intrigas de la Santa Sede echan leña al fuego a la polémica sobre la discutible ‘santidad’ de algunos miembros de la Iglesia.
Antecedentes
Los casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero de la Iglesia católica hacen referencia a una serie de condenas, juicios e investigaciones sobre casos y crímenes de abuso sexual infantil (menores de edad entre 11 a 14 años).
Los casos han sido documentados y denunciados ante las autoridades civiles de varios países, resultando en la persecución de los pederastas y demandas civiles contra las diócesis de la Iglesia Católica.
Muchos de los casos salen a la luz pública varias décadas después de los hechos. Las demandas ante las autoridades han sido hechas también contra la jerarquía católica, quien en muchas ocasiones obstaculizan las investigaciones, además de no reportar y de hecho encubrir a los sacerdotes pederastas, trasladándolos de las parroquias para evitar su detención y juicio.