GÉNESIS
En un lugar remoto, en un valle de clima benigno, fundaron la Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarixa, situada hoy en el mismo sur de Bolivia. Ésa Villa se convirtió en ciudad de Tarija y amén a su pequeña superficie, era un importante enclave hacia el sureste de la América del Sur,...
En un lugar remoto, en un valle de clima benigno, fundaron la Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarixa, situada hoy en el mismo sur de Bolivia. Ésa Villa se convirtió en ciudad de Tarija y amén a su pequeña superficie, era un importante enclave hacia el sureste de la América del Sur, pasando por este territorio se podía llegar al Paraguay y a la Argentina, su ventajosa situación geopolítica provocó la consolidación de un centro poblado, el que fue creciendo incipientemente acompañado del abandono de los gobernantes de turno en la inversión de proyectos de desarrollo.
En su tiempo fue preocupación del Virrey Francisco de Toledo que ordenó su fundación al capitán español Don Luis de Fuentes y Vargas. Posteriormente preocupó a los jefes de los llamados Pueblos del Sur, especialmente a Martín Miguel de Güemes y a Manuel José Belgrano; luego preocupó a los libertadores americanos. Uno de ellos, el primer Presidente de Bolivia Simón Bolívar -venezolano-, autorizó la inclusión de este territorio a lo que hoy es la República Argentina y el otro libertador: Antonio José de Sucre, también venezolano, promovió y consolidó la reincorporación de Tarija a la entonces República de Bolivia.
El nombre sigue dando por hablar y no faltan los pseudo historiadores que creen saberlo todo y lanzan sus teorías propias sobre su origen; que convencen a algunos y hacen reír a la gran mayoría, por tan osadas imaginaciones; en fin fue y sigue siendo un pueblo pequeño de gran personalidad con muchos personajes que se destacaron en su historia. En este lugar el tiempo no avanza por la tranquilidad de la vida y la pasividad de sus habitantes, que están convencidos que viven en un paraíso.
Hasta mediados del siglo XX (20), recién se iniciaba la modernidad de esta ciudad con el asfaltado inicial de sus calles, se tenía instaladas unas turbinas para generar energía eléctrica estando emplazadas al extremo sur de la ciudad, en un lugar denominado “La Angostura”(l911- Jacinto Calabi); desde ahí se aprovechaba el caudal del río Guadalquivir para la generación y distribución de la luz. Se instalaban, en esa época, los teléfonos automáticos y desde la alcaldía municipal hacían proyectos para distribuir aguas potables para los habitantes, además que tenían dos molinos, uno para moler granos (maíz y trigo) y el otro para que la sal sea distribuida en grano fino para mesa.
Un aspecto que no puede pasar desapercibido son los aromas que se inhalaban en tardes primaverales debido a las fragancias de azahar que despedían los naranjos que un famoso alcalde hizo ornamentar en el centro de la ciudad en las aceras, especialmente en las plazas.
Cuando se perdía el sol y antes de que anochezca era casi una obligación salir a la plaza principal y disfrutar de ese aroma; algunos predecesores indicaban que había una similitud al paraíso por la tranquilidad que imperaba, el paisaje del entorno y la fragancia celestial que rodeaba. Justamente en esas horas inciertas la gente se congregaba alrededor del edificio original del Cabildo de la ciudad y ahí se escuchaba el dulce y ronco sonido de la “caña”1. Resulta que en ese edificio tenía sus oficinas el organismo de seguridad del pueblo y como no podía ser de otra manera, en la parte posterior estaba ubicada la cárcel pública. Allí uno de los prisioneros escogía ese momento para expresar su sentimiento, se trataba de alguien que cometió el error de reaccionar violentamente contra un patrón en la fiesta de su comunidad, debido al exceso de chicha2 consumida.
Para pasar el tiempo mientras duraba su condena, realizaba estos conciertos para su satisfacción personal, los que se convertían en grandiosas serenatas para quienes paseaban en la plaza principal. Al finalizar las interpretaciones se escuchaba varios aplausos como reconocimiento por su armonía, por sus buenos pulmones y por su fortaleza en los brazos para soportar el peso del instrumento, aunque la comunicación era con un edificio de por medio, desde un patio interior; felizmente la potencia de la caña alcanzaba para escuchar este sonido y los policías eran permisivos con esta actividad.
Ese patio del que hablamos hoy es el “Patio del Cabildo” un espacio donde se ha recuperado antiguas construcciones y se utiliza para eventos de interés cultural y municipal.
De toda esta historia se debe tener presente que la cárcel estaba prácticamente en el centro histórico de la ciudad y han debido ser las primeras serenatas desde una institución pública.
En el aspecto educativo funcionaba el Colegio secundario Nacional San Luis de Gonzaga (creado el 21 junio 1854) y los profesores eran maestros normalistas, ingenieros, abogados, contadores y otros profesionales que aportaban a la educación de la juventud. El colegio funcionaba en la infraestructura del convento, construido originalmente por los jesuitas, que han dejado su historia en esta ciudad.
El entorno de la ciudad fue siempre apacible, pequeñas lomas empezaban desde el mismo centro y una corriente de agua dividía el poblado y permitía el desarrollo de la agricultura en los lugares denominados campiñas; estos espacios distribuidos en todas las direcciones posibles de los puntos cardinales. El horizonte del entorno está elevado por los cerros, que rodean al valle. La mayor elevación se llama “Chijmuri”(3600 msnm) en el rumbo oeste a la ciudad y enfrente, pasando por el llamado “Valle Central” existe otra elevación importante llamada “El Cóndor”. Cuando amanece el sol sale de “El Cóndor” y se oculta en el “Chijmuri”, lo que denota la importante referencia de estos nombres.
La alquimia de la vida ha forjado un sonido cantarino y cadencioso al idioma que trajeron los españoles durante la colonia, de tal manera que sus habitantes parecen cantar cuando hablan, siempre acompañados por la pausa, el buen humor y las sonrisas, tanto en la ciudad, como en los espacios rurales de este valle.
Alrededor de profesores y profesionales que llegaban desde otras ciudades, del interior y del exterior del país, se formaron las agrupaciones o movimientos culturales de la ciudad, allá por el 1950. El principal de estos grupos era el organizado por el poeta Octavio. Cada jueves se reunía un grupo importante de personas para hablar de cultura en general; para escuchar obras maestras de las grandes orquestas sinfónicas que plasmaban sus trabajos a través de los discos de vinilo que los reproducían en esos grandes artefactos llenos de lámparas, con radio y tocadiscos a la vez, en realidad eran muebles de Alta fidelidad y pocas familias tenían ese lujo.
Los libros de la época se traían, por encargo, de las grandes capitales de Sudamérica y la obligación consistía en leerlos y explicarlos al grupo que participaba en estas reuniones. En esas épocas el nivel cultural era amplio y respetable para ese entorno de personas.
El grupo formado era selectivo para los amantes del arte y la cultura; sin embargo el linaje aun imperaba y aunque le importe un bledo la cultura, estaban presentes por el apellido con que contaban.
Asistían poetas, artistas, escritores y músicos; sin embargo a esa élite se acoplaban artesanos, negociantes y hasta dirigentes gremiales que tenían afinidades o simplemente amistad. Era un incentivo a la producción cultural y una escuela de cultura.
La posición económica no era considerada como requisito para el ingreso, la riqueza que valía era el conocimiento y por ello participaban los que tenían interés por la cultura, por supuesto hasta que la capacidad de la vivienda -del anfitrión- lo permitía. Incluso el alcalde de la ciudad, que llegó desde Siria como migrante, se acopló a esta actividad, siendo llamado don Isaac3, al que nadie le llamaba por su cargo en estas reuniones.
El patio de la vivienda estaba ornamentado con un naranjo al centro y diversas flores y enredaderas muy coloridas, se respiraba mucha paz en ese ambiente.
En esas reuniones de cada jueves se presentaron diversos trabajos culturales, y por afinidad personal del anfitrión la poesía tenía un lugar preponderante. En esas reuniones se conocieron grandes composiciones poéticas del dueño de casa (ver referencia)4 que era el poeta de Tarija, especialmente por la descripción de paisajes personas y festividades del área rural.
En sus primeras épocas escribió una poesía que se hizo famosa por el sentimiento que expresaba y los modismos que incorporaba para construir una identidad; decía:
“Porque van 10 años
Que deje a mi tierra
Ya naides me quiere
Conocer siquiera...
Es cierto he cambiado
Mi madre está muerta
La casa vendida, y el molle
coplero de notas de pájaro-
Convertido en leña...
Porque van 10 años
Que deje mi tierra
Las gentes me miran
Con ojos de ausencia.”
En esos versos demostraba su arrepentimiento por alejarse de su valle florido y querido.
La poesía tarijeña fue tomando una identidad y Alberto Rodo Pantoja5 se animó a escribir unos versos que expresaban la esencia del castellano antiguo que se había quedado en este lugar; diciendo:
“Mañana, sin jailta,
Me vua dir al cerro,
tempranitu a 1’ alba;
daré güelta a las ochu, la loma
y a las diez ‘starí en la cañada...
Ya está bien ajilau el cuchillo
Pa cortar las cañas
Vua escoger de las buenas y espero
Liyando las cargas
Que caiga la jresca
Pa volver a mi casa llevando
Unus tercios de huecas y bravas”
Después llegaría el poeta revolucionario y de los niños6 que con la escritura de las poesías: El Chapaco Alzao, El Pájaro Revolucionario y La tragedia del Chapaco, cambió la lírica romántica y filosófica preexistente, a nivel internacional, por un contenido social y una identidad propia e inocultable. Dice este poeta:
“La tierra es del hombre
Como es de los pájaros
O acaso la tierra la han hecho los ricos
Quien es el que pone linderos al aire
Y quien se hace dueño del agua del río
Y como no hay dueños pal aire, ni el agua
Tampoco hay patrones pal suelo que piso.”
Las reuniones se realizaban cada semana a las siete p.m. que era la tarde en verano y la noche en el invierno; a no ser que Don Octavio este enfermo o de viaje, lo que imposibilitaba las veladas. A estas reuniones se las llamó “Octaviadas” y resulta demasiado obvia alguna justificación sobre este nombre, aunque es importante mencionar de la presencia de otro Octavio, apellidado O’Connor Darlach.
Asistían, entre otros, el profesor Federico el prefecto Bernardo Trigo Pacheco, don Juan Navajas y hasta el mismo Alberto Rodo, que imponían la discusión de distintos temas, entre los cuales eran preferidos los históricos, en especial la fundación de la ciudad y las guerrillas de la independencia. A veces llevaban a su amigo el profesor Castelfort, que tenía un nombre raro pero una chispa impresionante para animar cualquier reunión.
La exigencia para participar era contar con una opinión cultural, aunque a veces se obviaba algunos comentarios que solamente adjetivaban lo sucedido: ¡Ésa es música de verdad! O simplemente ¡Qué chura esa historia!,
Lo que sí consumían -con el mayor recato- algunas bebidas espirituosas como los moscateles (licor de uva ahora llamado singani), los vinos que producían las familias de los participantes y generosamente los obsequiaban para estas ocasiones. Algunos iban por unos cuantos tragos y distorsionaban las reuniones por sus alcohólicos comentarios. Felizmente eran contados estos personajes llamados “catarros” y ya no eran recibidos con agrado en la siguiente reunión.
Las sinfonías de Bach, Bethoven, Chopin y otros grandes maestros de la música, eran el alimento espiritual para este grupo en cada semana, además lo combinaban con historia, poesía y comentarios de importantes textos literarios de la época. En cada aniversario local o nacional se introducían en estudios sobre historia y encontraban algunos vacíos en estos temas.
Cierta vez, con el convencimiento de descubrir nuevos talentos don Octavio retó a su sobrino diciéndole:
-Robertito7, ya estás maltoncito y es hora que escribas algo para la reunión del jueves, tienes pasta de poeta y ese es el mejor escenario para que te conozcan.
¡Claro que sí!, tío -le respondió el mozalbete- y le prometió participar con una poesía en la siguiente reunión.
Dicho y hecho y en la fecha prometida estaba presente, vestido impecablemente y aseado por demás para su gusto; aparte de preparado para participar.
Se inició la octaviada y el anfitrión, entre orgulloso y vanidoso, al empezar la reunión dijo: -A quien presento hoy es a mi sobrino Robertito quien nos tiene una sorpresa, es un trabajo poético que seguramente demostrará porque ha ganado tantos premios de poesía en la escuela, se proyecta, para el futuro, un gran poeta para Tarija y el mundo, solo el tiempo será el testigo de su desarrollo... ¡es tu turno! Sobrino.
-Gracias tío, puedes sentarte para escuchar mejor -le dijo- y se ubicó estratégicamente cerca a la puerta.
Para todos ustedes y ante una cordial invitación de mi tío Octavio, voy a recitar una poesía de mi inspiración titulada “Las Infantas”. Su voz se escuchaba fina y temblorosa y haciendo una venia, antes de iniciar, como era el protocolo aprendido en la escuela.
Su inocencia era inspiradora para todos los asistentes que estaban concentrados para escucharle, Luego de un breve silencio en el cual pudo lanzar una mirada a cada uno de los asistentes, dijo:
A tres Infantas diviso en mi jardín,
La Infanta Isabel... pisa el clavel,
La Infanta Chantal... corta el rosal y
La Infanta Pepita... se mea en la margarita,
¡La pucha! con estas infantas,
Me están jodiendo las plantas!.
Lo dijo con cierta urgencia e inmediatamente se dirigió hacia la puerta de calle y no paró de correr por lo menos dos cuadras.
El tío sonrojado por la ocurrencia, tenía ganas de darle un tirón de orejas y ante la ausencia del declamador y el bullicio de aplausos y carcajada general no le quedó más que elogiar la rima de su sobrino y se disculpó ante el lenguaje utilizado, que podía ser agresivo para algunos asistentes.
Pasado el sofocón y estando en fecha cercana al aniversario cívico de Chuquisaca se escucharon proposiciones para algunas presentaciones en ese mes de mayo.
-Hay que hablar de los gritos libertarios de Sucre y de Buenos Aires, que coinciden en la misma fecha, aunque difieren un año en su realización, -apuntó Federico-,
-Ése día murió la Guerrillera Juana -musitó un participante-.
-Si de Juana hablamos en poesía tenemos a la monja mexicana, Sor Juana Inés de la Cruz - dijo un poeta.
-Juana de Arco es importante para la historia universal. - replicó un historiador.
-La reina loca también se llamaba Juana- afirmaron desde atrás.
-La Juana Manuela Gorriti era la primera dama del tata Belzú. -apunto otro historiador.
-La Juanacha era la querida de Melgarejo, -dijo un participante-.
Sin quererlo descubrieron la importancia del nombre Juana. Entonces Octavio, el anfitrión - moderador, índico:
Empezamos a programar los festejos cívicos del mes de mayo y sin quererlo hemos rescatado a muchas Juanas de la historia; por tal motivo empezarán nuestras charlas con generalidades de las Juanas famosas y la conferencia más importante será referida a la Generala doña Juana Azurduy de Padilla, que al fin de cuentas nació y murió en Sucre.
Sin quererlo hemos universalizado la importancia del nombre de Juana y en este mes haremos un viaje imaginario a la libertad y podremos analizar distintos puntos de vista y varias realidades que nos permitirán recordar algunas hazañas que sucedieron en el paso del tiempo. La libertad tiene muchos significados y este viaje, seguramente nos llevará a convencernos que nunca la conseguimos totalmente. ¿Están de acuerdo...?
La respuesta fue un aplauso general y a continuación se distribuyeron las tareas y el orden de las conferencias, para cumplir lo aprobado por unanimidad.
Entre un grupo selecto compartieron la disponibilidad de bibliografía y de afinidades con los temas, e inmediatamente se asignaron responsabilidades para las presentaciones.
-Es de mucha inspiración inventar un viaje que no se puede llegar ni por aire, ni por mar, ni por tierra, -comentaron en el grupo-
-Es cierto, -respondieron- viajar a la libertad parece una utopía, sin embargo, el camino del pensamiento nos puede llevar por senderos insospechados, que pueden ser sólidos cimientos para asentar el conocimiento y esa es nuestra tarea.
-En fin dejemos de filosofar y definamos a quien le toca la disertación de Juana la loca, la de Arco también y de las Juanas que queremos.
1.- Instrumento musical típico de Tarija - Bolivia, es el más largo del mundo, tiene unos cuatro metros de largo con un orificio al extremo para soplar y termina en una cornamenta por donde salen roncos sonidos
2.- Fermento realizado con harina de maíz que alcanza un grado alcohólico apreciable, siendo de fácil procesamiento en la misma campiña.
3.- Isaac Attie (1894 -1968) originario de Damasco - Siria llego como migrante para dedicarse a la minería en Potosí; sin embargo al pasar por la ciudad de Tarija quedo deslumbrado por su gente y su ambiente; aportaba hasta sus sueldos para la construcción de obras en la ciudad. Es el alcalde más renombrado de la historia.
4.- Octavio Campero Echazú (1900-1970); Laureado escritor y poeta de Tarija-Bolivia* 1
5.- (Tarija -1897- 1980) Cuentista, periodista, poeta, químico y profesor de su especialidad.
6.- Oscar Alfaro. Poeta de Tarija. 1921 – 1963. Sus poesías son parte de la identidad tarijeña, su producción para niños es excepcional.
7.- Roberto Echazú Navajas. (Tarija, 1937 – 2007) Poeta galardonado, lo conocen como el Príncipe de la Poesía y y su trabajo es referencia para la poesía latinoamericana.
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