2023, el fondo del gas y la nueva oportunidad
El mundo de la COP ha indultado al gas natural, que es ahora el combustible de transición sobre el que se supone se va a apoyar el salto a la energía verde y YPFB debe aprovecharlo
2023 ha sido un año por demás controvertido en el tema que desde luego más abordan estos editoriales: los hidrocarburos, sin duda el rubro que más está sufriendo el paso del tiempo, entre agotamiento y suelos rotos.
Si atendemos a los números, el asunto de acaba pronto. La culminación de proyectos exitosos ha sido muy escasa y por ende, la incorporación de volúmenes al sistema casi insignificante, sin embargo sí se puede apreciar cierto cambio de actitud que no se veía en los años anteriores, donde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) parecía tener la simple intención de “rascar la olla” y poco más, y así lo había declarado.
El presidente de Yacimientos ha insistido en varias ocasiones en que prevé convertir a la estatal petrolera en la principal empresa operativa en el país tanto en materia de exploración como de explotación
Lo de “rascar la olla” no puede ser más gráfico en este asunto concreto. En 2021 Yacimientos ya presentó un plan de reactivación urgente que incluía pozos antiguos que podían ser “abarridos” con nuevas técnicas más eficientes que permitieran extraer volúmenes que en los 60 – 80 no se pudieron, y así se ha hecho. El último “gran hallazago” anunciado tiene que ver precisamente con un pozo antiguo en Churumas (Bermejo), con algo más de 0,23 TCF en sus entrañas que serán extraídas con esas técnicas.
YPFB también parecía querer limitarse a administrar la red de ductos que conectan principalmente con Brasil, aunque también llegan de Argentina – que se están preparando para dar la vuelta y llegar a la frontera con gas de Vaca Muerta -. El plan parecía ser aprovechar la liberalización del mercado en el país vecino para poder colocar volúmenes en contratos cortos, que son menos estables, pero reportan mejores precios. Cosas del mercado.
Fue el presidente Arce quien le dio un inusitado baño de realidad a las autoridades de Hidrocarburos cuando reconoció públicamente que “se ha tocado fondo”, en lo que supone una asunción de responsabilidades con muy pocos precedentes en este país. Desde entonces Armin Dorgathen y el resto parecen haberle dado una nueva interpretación a su función.
En las últimas semanas el presidente de Yacimientos ha insistido en varias ocasiones en que prevé convertir a la estatal petrolera en la principal empresa operativa en el país tanto en materia de exploración como de explotación, una definición inédita desde que le cerraron el paso al único ministro que sí creía en ese camino, Andrés Soliz Rada, y las instituciones se llenaron de economistas acomplejados y obsecuentes dispuestos a mendigar ayuda por todo el mundo mientras los dólares que ingresaban se gastaban básicamente en esa permanente campaña electoral.
El paso del tiempo acaba poniendo a cada uno en su lugar y es evidente que lo sucedido en la materia de 2010 a 2015 donde se aceleró la producción para cumplir con los contratos sin reponer las reservas fue un error, pues al mismo tiempo la industrialización se ralentizó y los recursos se gastaron a manos llenas. Cuando de 2015 – 2019 se instruyó concentrarse solo en reservas y olvidar las plantas petroquímicas y nuevos contratos ya era tarde: ni el Fondo de Incentivos ni los planes sobre las Reservas Naturales están dando resultados porque básicamente, el mercado ya estaba en otra.
Tal vez no sea tan tarde para lo que plantea Dorgathen, el mundo de la COP ha indultado al gas natural, que es ahora el combustible de transición sobre el que se supone se va a apoyar el salto a la energía verde. Ojalá en esas se actúe con sabiduría y celeridad. En los últimos años no hemos estado muy sobrados de ninguna.
