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Los recursos de la adopción

Los mundos deshumanizados han dejado en la periferia a miles de ciudadanos, incapaces de engancharse en un tren de vida que necesita crisis y buenas dosis de explotación para funcionar

El 9 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Adopción, en homenaje a un acto legal y de amor que permite dar a niños y jóvenes huérfanos una familia y un hogar. Con la celebración de la fecha se pretende crear conciencia y sensibilizar a la población mundial acerca de la importancia de la adopción, así como obtener los fondos necesarios para ayudar a las familias que atraviesan por este proceso jurídico.

De acuerdo a cifras estimadas por el Fondo de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), más de 150 millones de niños a nivel mundial necesitan un hogar lo que constituye una cifra extraordinariamente alta. Para hacerse una idea, el décimo país más poblado de la tierra es México con unos 130 millones de personas. Casi nada.

Diferentes demógrafos y expertos en temas poblacionales advierten de tendencias irreversibles o críticas. Mientras en occidente las tasas de natalidad son muy bajas e incluso negativas, apenas compensadas por la migración, en el “sur global” hay dos corrientes muy marcadas. Mientras algunos países apuestan claramente por el incremento de la población más allá de las recomendaciones, otros, como en el caso de Bolivia, están experimentando una rápida desaceleración que tendrá consecuencias.

La forma en la que una sociedad cuida a sus niños dice mucho de esa sociedad, y en Bolivia no somos precisamente un ejemplo

Las escalas de valores están cambiando en todo el mundo, algo que tiene efectos sociales evidentes. Conformar una familia ya no es una prioridad en el mundo occidental, en gran parte porque las tesis del individualismo han desembocado en ello, pero además, las tecnologías de la fecundidad han avanzado tanto alargando el periodo fértil o permitiendo incluso la maternidad subrogada que la adopción no es solo la última opción sino que prácticamente se descarta de entrada.

Al mismo tiempo, los mundos deshumanizados del capitalismo que ha dejado en la periferia a miles de ciudadanos, incapaces de engancharse en un tren de vida que necesita crisis y buenas dosis de explotación para funcionar, siguen produciendo millones de huérfanos cada año que, en la mayoría de las ocasiones, quedarán aparcados en Hogares hasta su mayoría de edad, donde quienes hayan podido entender y adaptarse a su realidad podrán tener oportunidades.

La forma en la que una sociedad cuida a sus niños dice mucho de esa sociedad, y en Bolivia no somos precisamente un ejemplo, peor desde que se legalizó el trabajo infantil sin mayores reparos.

En este día mundial por la adopción vale la pena ampliar la reflexión. Es evidentemente necesario promocionar la práctica y poner en valor el ejercicio solidario que en sí es tener hijos, sean propios o adoptados. Pero en la misma línea se necesita reducir drásticamente el número de niños huérfanos con políticas efectivas de planificación familiar y seguimientos individualizados para que las familias jóvenes, por muchos problemas que tengan, puedan consolidarse.

Sin duda cuidar de la infancia es todo un desafío de nuestro tiempo, y para lograrlo, lo primero es hablarlo.


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