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El retorno de los subgobernadores electos

Tarija, con su descentralización, es uno de los departamentos que más población está logrando fijar en su territorio

Desde hace unas semanas planea de nuevo la idea de restaurar la figura de los subgobernadores electos en la estructura institucional de Tarija, sin duda un debate de muchas aristas que no conviene tomarlo a la ligera.

La figura del subgobernador electo se introdujo ya en la versión definitiva del Estatuto de Autonomía que se sometió a referéndum en junio de 2008 y el momento es muy importante. La autonomía representaba en ese momento el principal concepto de confrontación con el Movimiento Al Socialismo (MAS), que tras años convulsos, había logrado instalarse en el poder con una fuerza arrolladora y con clara vocación hegemónica. Con las recetas políticas agotadas, la oposición se refugió en las regiones del oriente y apeló a las cuestiones regionalistas para frenar el avance.

En aquel tiempo, el país avanzaba a toda velocidad hacia una Constitución Política del Estado y la oposición refugiada en las regiones veía que la única posibilidad de frenar algunos cambios era implementando un régimen autonómico homologable al de otras naciones más descentralizadas. En este caso el modelo español sirvió de inspiración, aun con diferencias sustanciales, como la que impide la representación de partidos no nacionales en la Asamblea Plurinacional.

La cuestión es que la estrategia obligaba a aprobar los Estatutos antes que la Constitución para así exigir que se incluyera en el texto. Eran tiempos de política mucho más gruesa y valiente y el objetivo se cumplió aún a costa de hacer muchas cesiones en el texto.

Una de ellas fue la de convertir los subprefectos en figuras con cualidad gubernativa y electas por voto popular en su circunscripción, que además no fue la provincia sino el municipio. En poco tiempo Tarija pasaba de ser gobernada desde La Paz a poder tener un comunario administrando las necesidades de su pueblo, lo que a priori es una buena apuesta.

El problema vino después, cuando las regalías se multiplicaron y bien por necesidad, bien por negligencia, desde la Gobernación se inflaron esas estructuras dándoles capacidad no solo para gobernar o planificar, sino sobre todo, para licitar, contratar y gastar dinero a manos llenas.

El asunto se complicó aún más cuando el Tribunal Constitucional negó que tal figura pudiera existir al no encontrarle acomodo en la Constitución, y aún más cuando sí permitió una figura análoga en el Estatuto Regional del Chaco, lo cual constituye un despropósito de grandes magnitudes.

Como fuere, fue el Tribunal Electoral Departamental quien tuvo que operativizar aquello ante la cobardía de la clase política local, y en esta gestión los subgobernadores son designados por el gobernador para hacer exactamente lo que él les indique, lo cual facilita sin duda la gestión…

Hay sin embargo más criterios que analizar. Tarija, con su descentralización, es uno de los departamentos que más población está logrando fijar en su territorio, algo que es valioso en tanto somos frontera y asegurar la soberanía solo es viable cuando la población se empodera en su espacio, y a eso contribuye sin duda la instalación institucional.

El debate está abierto y requiere análisis y cintura. Ojalá nuestros políticos esta vez sí se sienten a discutirlo y no opten, como acostumbran, por guardarlo en el cajón.


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