Luchar contra el cáncer de mama
De acuerdo a las estadísticas emitidas por la OMS esta enfermedad representa el 16% de todos los cánceres en pacientes femeninos y es de alta letalidad
El cáncer de mama es posiblemente el tumor maligno más conocido y uno de los más frecuentes entre la población femenina – también afecta a los hombres, aunque en menor medida -, pero es también uno de los más fáciles de detectar y por ende, el que más rápidamente se puede tratar, aunque las consecuencias del tratamiento, muy invasivo, tenga otro tipo de consecuencias, pero es sobre todo el responsable del mayor número de muertes en mujeres jóvenes del mundo, especialmente en los países con peor acceso a la sanidad pública.
En 2020, hubo más de 210,000 nuevos diagnósticos de cáncer de mama en América Latina y el Caribe, y casi 68,000 muertes, y aunque los datos no son muy recientes, en Bolivia, 27 de cada 100 mil mujeres han desarrollado cáncer de mama, mientras que la mortalidad por esta patología alcanza a 9 de cada 100 mil mujeres.
De acuerdo a las estadísticas emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad representa el 16% de todos los cánceres en pacientes femeninos y se estima que 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida, razón por la cual es de vital importancia realizar una evaluación regular de los senos.
El 19 de octubre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, para sensibilizar y concienciar a las mujeres de todo el mundo, sobre la importancia de realizarse un examen de mamas regularmente, con la finalidad de detectar cualquier signo o anomalía.
Esta fecha ha sido impulsada por organizaciones de pacientes de todo el mundo para promover el diagnóstico precoz del cáncer de mama, así como incrementar el acceso de la población femenina a los controles y tratamientos oportunos de esta enfermedad.
Se ha determinado que la detección precoz del cáncer de mama incide notablemente en la modificación del pronóstico de la enfermedad, incrementando las posibilidades de curación hasta en un 100%, sin embargo, no es suficiente con la autoexploración, sino que es necesario que intervengan los profesionales y especialistas suficientes para dar las garantías.
En esas, la Organización Panamericana de la Salud ha dispuesto programas y recursos para que las campañas de detección se lleven delante de forma sistemática, pero aun así los esfuerzos siguen siendo insuficientes para atender a toda la población, y aunque parezca increíble, a estas alturas todavía se sigue lidiando con un estigma social sobre la exploración mamaria que impide que muchas mujeres, especialmente en el entorno rural, accedan a los tratamientos de forma oportuna.
Cabe en esas concienciarse precisamente de la necesidad de ser agente de cambio, de ser capaz de concienciar en el entorno y multiplicar así el efecto de las campañas que desde estos días se lanzan desde las instituciones públicas, pero que solo cobran sentido cuando en el seno de la familia alguien dice “sí, voy”. Pocas veces como en esta se puede decir que es fácil contribuir a salvar una vida con un gesto tan simple.
