Ferias y optimismos
El objetivo de una Feria es hacer buenos negocios y para eso hace falta que acudan vendedores con ganas de vender y compradores con ganas de comprar, que no es tan simple
La realización de Ferias de Exposición de productos es un mecanismo más antiguo que el capitalismo mismo, más antiguo que el dinero, pues efectivamente está documentado el trueque en civilizaciones antiquísimas y las concentraciones en las puertas de los templos ya se habían convertido en un problema en el mismísimo año 0 de la civilización occidental.
Esperemos que en la ExpoSur prime de nuevo el espíritu emprendedor, que lleguen buenas ofertas y que se den esas oportunidades de negocio que siempre aparecen
Era un mecanismo útil porque optimizaba los tiempos de trabajo y hacía los recursos más eficientes, cosas que suenan muy modernas ahora pero que básicamente se resumen en reunir a todo el mundo a la misma hora en el mismo lugar para comerciar, así el resto de la semana cada cual se podía dedicar a lo realmente importante, que era producir, y no a esperar en la puerta del comercio o ir puerta por puerta a intentar vender. Evidentemente no es algo que trajeran los españoles en la Colonia por mucho que haya documentación de entonces. Lo de las lógicas de maximizar beneficios reduciendo inversión y gasto es puro sentido común.
Esperemos que en la ExpoSur prime de nuevo el espíritu emprendedor, que lleguen buenas ofertas y que se den esas oportunidades de negocio que siempre aparecen
Nunca las ferias se han dejado de hacer, por uno u otro motivo, sectoriales, nacionales, multinacionales, bilaterales, multisectoriales, como sea. La Torre Eiffel es el legado de una de aquellas ferias de alta sociedad, pero otras se dedicaban a asuntos innobles, como el comercio de esclavos y, hoy por hoy, por ejemplo, de armas.
Para que una Feria sea exitosa hay dos elementos claves imprescindibles: que haya gente con interés de vender y gente con interés de comprar. Tener interés en vender supone que los productores llevan productos de calidad a precios competitivos y tener interés en comprar supone, sobre todo, tener dinero para hacerlo, y mejor si además hay una necesidad imperiosa que cubrir.
Ahora que acabó la FexpoCruz y a pocos días de que empiece la ExpoSur en Tarija conviene recordar estos asuntos elementales antes de tratar de plantear los objetivos que después servirán para cuantificar los éxitos.
Las expectativas son altas con el nuevo mecanismo de organización, más allá de que las declaraciones que suelen venir aparejadas en este tipo de eventos y que en Tarija habían entrado no solo en un bucle destructivo, sino en una espiral trufada con medias verdades e intereses mezquinos.
Es evidente que cuanto mejor sea la cartelera más gente acudirá al evento, y esto será buena noticia para taxistas, choferes, restaurantes, carameleras y tal vez hasta músicos, pero el objetivo de una Feria no es pasarlo bien, sino comprar, y para eso hace falta que acudan vendedores con ganas de vender y compradores con ganas de comprar.
Esperemos que en la ExpoSur prime de nuevo el espíritu emprendedor, que lleguen buenas ofertas y que se den esas oportunidades de negocio que siempre aparecen. Tarija está creciendo después de años en el peor contexto posible, es tiempo de ser optimistas.