Argentina y las PASO; Bolivia y sus primarias

Los vecinos tienen unas primarias de verdad y no lo que se planteó en Bolivia dentro de la Ley de Partidos a finales de 2018 con el objetivo de intentar validar a un Evo Morales inhabilitado

Este año los argentinos vuelven a las urnas para elegir a su próximo Presidente, que asumirá el 10 de diciembre de 2023. Para ello, el 13 de agosto se celebran las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), mientras que los comicios generales son el 22 de octubre. En caso de un eventual balotaje la votación será el 19 de noviembre.

El asunto es ciertamente agotador para el sistema, porque entre el largo año electoral y las elecciones intermedias para renovar el parlamento, en un mandato corto de solo cuatro años como es en el vecino país, supone que prácticamente se vive en una campaña sin fin. Y vaya que lo es.

Los vecinos tienen unas primarias de verdad y no lo que se planteó en Bolivia dentro de la Ley de Partidos a finales de 2018 con el objetivo de intentar validar a un Evo Morales inhabilitado constitucionalmente y por el resultado del referéndum de 2016 con otra elección, pero en este caso solo de militantes.

En Argentina el 13 de agosto se realizan las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Son abiertas porque la selección de las candidaturas no queda reservada a los afiliados/as de los partidos como en Bolivia sino que se amplía a todo el electorado. Las elecciones primarias son simultáneas, en un mismo día y en el mismo acto electoral todas las agrupaciones dirimen sus precandidaturas de manera conjunta para todos los cargos electivos nacionales en disputa. Son obligatorias para toda la ciudadanía habilitada para votar y claro, para todos los partidos. En Bolivia el paripé hizo que todas las agrupaciones y alianzas que iban a participar en la elección de 2019 solo concurrieran con un solo binomio a sus primarias.

En la Argentina casi todos los políticos están de acuerdo en reformar las PASO, porque efectivamente se han convertido en una primera vuelta que después se valida en la elección y si es necesario, en el ballotage, ya que por el número de votos que suma cada opción se percibe por dónde irán los tiros en las definitivas. Aun así, sirve para que los políticos pongan más atención en una u otra provincia y cambien determinadas estrategias, pero rara vez se dan vuelta los porcentajes que ya se suman en las PASO.

Como la política mundial está así, en Argentina ni el bloque peronista ni el radicalismo y tampoco el libertarismo de Javier Milei tiene claras todas sus fórmulas. Los peronistas aún negocian la presentación de una sola candidatura para no dividir más entre kirchneristas, peronistas de provincias y lo que ahora se llama “albertismo” que promueve a Scioli; en la derecha Gerardo Morales, gobernador eterno de Jujuy, ha concentrado el foco estas semanas abriendo un gran conflicto en la lejana provincia con el fin de exhibirse como hombre fuerte y justificar sus aspiraciones vicepresidenciales, mientras Larreta y Bulrich llegarán en el mano a mano hasta el final.

Sin duda se trata de una experiencia democrática, aunque agotadora, de la que seguramente habría que tomar nota en Bolivia, sobre todo porque los partidos hace tiempo que desaparecieron incluso como ente instrumental y solo se asoman en elecciones, y porque seguramente ayudaría a oficialistas y opositores a no pasar vergüenzas.

Veremos si alguien está dispuesto a profundizar la democracia y convoca primarias abiertas. Nadie se lo impide.


Más del autor
Tema del día
Tema del día
Criar en positivo
Criar en positivo