Madres y libres

La maternidad hoy es una maternidad elegida, lo que sin duda garantiza relaciones más saludables en el ámbito familiar y a todos los niveles aunque cause problemas de sostenibilidad

Madre no hay más que una, dice el dicho, aunque rápidamente nos vengan a la cabeza excepciones conmovedoras, historias de recomposición familiar entrañables, ejemplos de amor por encima de la sangre compartida y otras circunstancias tan particulares que se dan en esta enorme Bolivia que acarrea tantos problemas de índole social desde siempre.

El 27 de mayo es un día de esos en los que se ensalza la figura de la madre, a menudo rodeando el mismo festejo de tópicos por defecto o por exceso, es decir, quienes hablan de esa madre sacrificada que lo dejó todo y aguantó lo que no está escrito por los hijos, o de esas madres jóvenes y modernas capaces de compatibilizar las distintas facetas que la vida exige hoy por hoy a las familias. Los expertos recuerdan que no se debe festejar “en comparación” ni tampoco “en relación al hijo o sus éxitos”, pero, en cualquier caso, entrar en esos pormenores suele abocar a terrenos pantanosos: Todas las madres son motivo de admiración.

La maternidad en Bolivia ha sido desde siempre la principal “obligación” de la mujer y nadie ha prestado demasiada atención a los derechos ni a las políticas de planificación familiar. Tener muchos hijos era, básicamente, lo normal, y en eso hay algo perverso de estadística, pero también devela la sencillez de la vida de los otros tiempos.

A finales de los 90 el número de hijos por mujer seguía superando los 4; en la actualidad se queda en el 2,4 en promedio, pero apenas en 2,0 en el área urbana. Se trata de una tendencia de esas prácticamente irreversible, en sintonía con los tiempos y los números del mundo occidental desarrollado en el que Bolivia se encuadra a pesar de los esfuerzos de algunos por cambiar las cosas.

Para Bolivia que baje la natalidad constituye un problema, pues seguimos estando a la cola mundial en densidad de población en este país enorme en el que apenas hay 11 habitantes por kilómetros cuadrado. Ser menos tiene sus consecuencias para la soberanía, pues el territorio sigue siendo territorio inhóspito a merced de las circunstancias.

En los últimos años se han tomado algunas medidas importantes para sostener la natalidad, desde los programas gratuitos y bonos para garantizar el control prenatal y postnatal de las mujeres hasta políticas sociales y laborales que garanticen la inserción y la no discriminación en la contratación, y posiblemente son medidas que están ayudando a las familias a vivir mejor, aunque aún falten muchas cosas como ampliar permisos de lactancia o equiparar con la figura paterna, pero en cualquier caso, ninguna de estas, como tampoco la penalización del aborto o la criminalización de la educación sexual, están consiguiendo elevarla.

La maternidad hoy es una maternidad elegida, lo que sin duda garantiza relaciones más saludables en el ámbito familiar y a todos los niveles. El desafío es encontrar las maneras para que cada vez más jóvenes decidan emprender una familia y que esa misma incluya hijos.

Mientras tanto, Feliz Día a todas las Mamás Bolivianas, gracias por elegirnos.


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