Volver a Tariquía

Hace más de cinco años que está vigente el contrato sobre el área San Telmo sin que se ejecute ni se retire. YPFB debe poner fin a la incertidumbre

Pasan los meses y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha vuelto a tejer una pantalla de opacidad respecto a sus principales proyectos en Tarija que fundamentalmente se construyen sobre una poderosa palabra movilizadora: Tariquía.

El exministro de Hidrcaburos, Luis Alberto Sánchez fue el gran promotor de los decretos que deshicieron la protección de la Reserva, que inmediatamente se convirtieron en contratos de exploración en una asociación entre Petrobras y YPFB Chaco, que son prácticamente lo mismo. Fueron dos contratos, Astilleros y San Telmo. Ambos de 2018. Ambos vigentes hasta hoy. Ambos con avances silenciados.

Los pozos de Astilleros han quedado fuera de la zona de control estricto después del último cambio del Plan de Manejo

Hace más de un año que los responsables de YPFB Chaco cortaron el acceso al Cajón por la reserva de Tariquía, después de San Antonio, para culminar las obras civiles de camino y planchada de acceso a los pozos de Astilleros. La zona está al este de la reserva, en Padcaya, sobre la frontera con Argentina, y se trata de una zona fundamental para el control del ecosistema. De hecho, los pozos han quedado fuera de la zona de control estricto después del último cambio del Plan de Manejo, una modificación con bisturí a la medida de los intereses de las petroleras que concedió el exministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez.

Los tiempos hablan de unos cinco años para el proceso completo, aunque la perforación en sí no suele pasar más de seis meses para obtener un resultado. El silencio inquieta a los comunarios del distrito 11 de Padcaya que han recibido todo tipo de promesas y pocas concreciones.

Mientras, en San Telmo, se mueve muy poco. El área de San Telmo es verdaderamente grande, se superpone sobre el corazón de la reserva y se ingresa por el norte, en Chiquiacá (Entre Ríos) o por el sur, desde Orozas hacia Pampa Grande y el cantón propiamente llamado Tariquía.

De norte a sur están pintados pozos, pero los dos primeros se proyectaban ya en Chiquiacá, donde a pesar del silencio la amenaza sigue vigente mientras los comunarios, en su mayoría a favor de la perforación de los pozos exploratorios de Domo Osso, identificados hace ya tiempo, se impacientan.

El proyecto se convirtió en bandera por el impacto predecible sobre la reserva natural, que constituye una vital fuente de agua para todo el departamento y la presión popular en año electoral, que minaba aún más el perfil pachamamista que alguna vez reclamó el gobierno para sí, fue suspendido, pero los contratos nunca se bajaron.

¿Qué pretende hacer el gobierno y Yacimientos con el área de San Telmo? ¿Cuánto tiempo pretende darle expectativas a los comunarios y a la vez, tratar de quedar bien con los activistas señalando que no está en perforación? ¿Cuál es el plan B en este caso? ¿Qué efectos puede tener el incumplimiento de este contrato? ¿Qué está sucediendo ya? YPFB no le da respuestas a Tarija desde hace demasiado tiempo y Tarija necesita construir su futuro con cierta estabilidad. Saber que no se convertirá en un desierto es necesario.


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