Los cambios del MAS y Tarija

Cualquier equilibrio cuesta y cualquier movimiento en falso puede generar problemas no solo para el partido, que es indistinto, sino para el departamento

En el Movimiento Al Socialismo (MAS) están pasando demasiadas cosas a velocidad trepidante, y no solo en el nivel nacional, donde la batalla ya es guerra civil con armas de alto calibre, sino también en el detalle departamental, en los cargos menores y hasta en las pegas superfluas y ciertamente, todo está bien cuando los partidos pelean en su institucionalidad, el problema surge cuando estas peleas afectan a la administración del Estado, como es el caso.

El fin de semana estuvo cargado por la enésima oficialización del quiebre luego de que Morales dejara por escrito que “el MAS no está en el gobierno”, lo que alimenta infinidad de incógnitas sobre el sustento del presidente Luis Arce, su responsabilidad presente y futura y asuntos tan pragmáticos como qué hacía entonces Arce y varios ministros celebrando el aniversario azul en Ivirgazama, y, finalmente, la pregunta de qué es hoy por hoy el MAS y qué tiene que ver con el Instrumento Político que representaba a los movimientos sociales.

Más nerviosa aún se ha puesto la intelectualidad azul con el choque entre el expresidente y el que fuera su fuente de argumentación ideológica, el ex vicepresidente Ávaro García Linera, al que con todas sus letras colocó como “enemigo” luego de que este se diera una gira mediática pidiendo respetar al presidente Arce y dejarle gobernar. Un quiebre que va mas allá de lo político y entra en el terreno de lo conceptual, del proceso mismo, y puede acabar decantando el pulso.

En Tarija también ha habido cambios a marchas forzadas. El primero y más relevante de ellos, el de Marcelo Poma por Walter Ferrufino en la cartera de coordinador gubernamental para con Tarija, un cargo con más poder orgánico del que se le reconoce, pero que exige funcionamiento modélico. Aparentemente Poma, un joven pero bregado dirigente intercultural tildado de loteador desde que apareció por primera vez en antena y que formó parte de la primera Asamblea Legislativa para después marchas de cónsul a España, lo deja por motivos personales.

Aparentemente también, Ferrufino es un fichaje del arcismo, un reconvertido a la causa presidencial huido del evismo, aunque lo cierto es que el expresidente no apostó por él ni en 2015, ni en 2021, ni le concedió la reforma del 45%, ni otros asuntos algo menores, por lo que no conviene sacar conclusiones anticipadas, aunque es evidente que el enfrentamiento por la nominación como candidato a la gobernación en 2021 fue agrio y personal con Álvaro Ruíz, que hoy por hoy es viceministro de Autonomías, lo que supone trabajar en la sala de máquinas del Ministerio de la Presidencia.

Se han anunciado más cambios, empezando por el Senasag; Tarija acumula una ingente cantidad de descentralizadas que todo el MAS ambiciona: cualquier equilibrio cuesta y cualquier movimiento en falso puede generar problemas no solo para el partido, que es indistinto, sino para el departamento, y lo cierto es que ya en el mes de aniversario y aguantando en lo posible una tímida salida de la recesión que hay que confirmar, no parece que las “sorpresas” sean lo más conveniente.

Los cambios son buenos si le sirven al departamento a avanzar. Ojalá quien venga se comprometa con este fin y se aleje de la lucha partidaria intestina que se libra desde hace demasiados meses.

DESTACADO.-  Más nerviosa aún se ha puesto la intelectualidad azul con el choque entre el expresidente y el que fuera su fuente de argumentación ideológica, el ex vicepresidente Ávaro García Linera


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