La derrota “tolerada” en Margarita

La actualización del factor de distribución de Margarita se sostiene técnicamente, pero entra en colisión con la hemeroteca de 2012 y, sobre todo, con el sentido común

Salvo que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) vuelva a cambiar la fecha, mañana se oficializará el resultado de la actualización del factor de distribución que, como ya ha adelantado la Gobernación de Chuquisaca y asumido la de Tarija, resulta favorable a sus intereses dando prácticamente la vuelta al factor de distribución de 2012, que era 55-45 sobre el reservorio compartido.

En principio en Tarija hay poco que objetar más allá de que aparezca ahora compartido un 20% un reservorio – el H2 – que en 2012 era íntegramente de Tarija. Así lo ha señalado el gobernador Óscar Montes, que de nuevo ha vuelto a hacer de vocero también sobre este tema a pesar de ser extremadamente técnico y tener un equipo específico contratado y trabajando en Santa Cruz para ello.

Todo este clima derrotista ya está conduciendo hacia una “tolerancia de facto” del proyecto en la zona de influencia de Tariquía

El asunto deja muchas dudas, sobre todo tirando de hemeroteca y de las muchas cosas que se dijeron en 2012 para justificar la existencia de campos compartidos y que básicamente giraba sobre la idea de que eran reservorios compartidos y que desde donde se pinchara, igualmente se iba a vaciar. Ese era el argumento que permitía entregar regalías del gas extraído por Tarija a Chuquisaca, sin embargo, en la actualidad se “debe” entender que los pozos ahora están al otro lado, donde hay más presión, y que eso supone mayor participación en las regalías.

Hay otro dato procedimental curioso: el factor de distribución de febrero de 2012 se estableció antes de que entrara en funcionamiento el Margarita 6, en diciembre de 2013, mientras que la primera actualización de ese factor se firma justo después de que resulte productivo el Margarita 10, en suelo chuquisaqueño, y ciertamente cambia totalmente el esquema de distribución.

Tomando todo el conflicto y el nivel de detalle, tampoco parece tener sentido pretender establecer un factor de distribución de regalías para un campo compartido que lo componen varios reservorios – en 2012 eran tres y ahora son ocho – donde cada pozo pincha en un reservorio diferente – antes eran seis, ahora 11 -, sino que parece más lógico que cada pozo reporte en función de sus características.

En cualquier caso y de acuerdo a lo enunciado por el gobernador, la resignación parece ser el camino a seguir no solo en este tema, sino en general en el tema de los hidrocarburos, y aunque no sea técnicamente cierto que Tarija va a recibir menos, pues se ha incorporado un pozo que suma nueva producción y por ende, nuevos recursos aunque sea con una distribución diferente, sí lo es que al ritmo actual, Tarija debe acostumbrarse a vivir sin gas, algo para lo que efectivamente no parece que esté preparada.

Y ojo, porque todo este clima derrotista ya está conduciendo hacia una “tolerancia de facto” del proyecto en la zona de influencia de Tariquía, como es Astilleros, y quien sabe si no acabará abriendo la puerta a los pozos Domo Osso en San Telmo, que abarcan el corazón de la Reserva Nacional.

Tarija debe aprender a vivir sin gas, pero no hay en la tierra un político que no quiera hacer gestión con la billetera llena. Los fantasmas acechan en cualquier lugar.


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