La altura del “nuevo” San Roque

Arranca la Fiesta Grande de San Roque en un nuevo contexto y con un nuevo desafío que exige que todos estemos a la altura, y eso pasa también por disfrutar la fiesta

Aunque eclipsado por otros fenómenos más folklóricos, pero también intrínsecos a la festividad de San Roque a nivel mundial, mañana es el día principal de la Fiesta Grande de Tarija para chunchos y promesantes, que en realidad llevan ya varias semanas reflexionando y actualizando su promesa, esa que después honrarán con su danza los dos primeros domingos, lunes y martes de septiembre hasta el Encierro.

Esto tiene sus implicaciones a nivel Iglesia y Fe, que es lo principal de la Fiesta, pero también tiene sus implicaciones a nivel comunidad, ciudad y departamento, pues como es público y notorio y de reciente conocimiento, la Fiesta de San Roque se ha convertido en la Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, lo que tiene sus implicaciones a nivel turístico y sus ayudas a nivel conservación.

Con la consagración de la Fiesta Grande como Patrimonio de la Humanidad, todos los participantes del festejo, de alguna forma, renuevan su compromiso y responsabilidad con la integridad de la fiesta, esto es, el cuidado de sus costumbres y tradiciones y la participación activa en todos sus actos, porque efectivamente, en el seno de la cofradía preocupa bastante que la Fiesta se vaya reduciendo a la participación en el Encierro y se olvide incluso el trabajo en la promesa.

El otro gran riesgo de la Fiesta después de su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad es, efectivamente, el de la politización. Y no es que la Fiesta haya estado exenta nunca de las influencias políticas, que son reiteradas y recurrentes, especialmente en los años de campaña, donde los candidatos o aspirantes a candidatos o autoridades de todo pelaje tratan de arrimarse a la imagen para cargarla en procesión y pueblan sus redes sociales con fotos que evidencien que de verdad son buenos chunchos promesantes, algo que al parecer logra cierto respaldo político.

La conformación del Comité interinstitucional para la salvaguarda de la fiesta ya ha generado los primeros rifirrafes en ese sentido, por lo que conviene la más rápida intervención por parte de los protagonistas de la Fiesta, que son los y las promesantes, para mantenerlo al margen de toda disputa política, peor si además esta conlleva una enorme cantidad de prejuicios incluso raciales.

La Fiesta Grande ya no es exclusiva de los tarijeños ni de los católicos, sino que es un fenómeno cultural de interés mundial y que debe ser cuidado y cultivado. Lo que sí debemos preocuparnos en Tarija es de que ese impulso tenga una retribución para la ciudad y el departamento: que vengan turistas, que se conozca el legado, el entorno, sus potencialidades y también sus problemas. Que con el impulso de los chunchos se coloque Tarija en el mapa y aparezcan ahí nuevas sinergias de desarrollo. En eso sí pueden emplear su tiempo los políticos, eso sí, con más hechos y menos promesas.

Arranca la Fiesta Grande de San Roque en un nuevo contexto y con un nuevo desafío que exige que todos estemos a la altura, y eso pasa también por disfrutar la fiesta.


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