El mutis del Ministerio “Público”

El Ministerio Público solo tiene un camino para salvarse a sí mismo, que es el de la máxima transparencia, el de abrir las ventanas y defender sus procedimientos

El silencio parece haberse convertido en la línea oficial de la Fiscalía en Tarija, algo que constituye en sí una anomalía que repercute en la propia imagen del Ministerio Público, pero que de tanto hacerlo, se ha instalado. En todo el mes de julio, salvo algunas declaraciones puntuales y algunas atenciones particulares por teléfono, que se agradecen, los compañeros que cubren el área policial y judicial no han tenido la oportunidad de escuchar e indagar en los sucesos que afectan a la seguridad y el orden constitucional en el departamento de Tarija.

El problema, evidentemente, no es para los compañeros de prensa, ya que somos meros intermediarios, el problema es para los ciudadanos, que ven limitada su información sobre temas específicos mientras contemplan una institución que hace esfuerzos precisamente por ser lo menos Público posible.

El mes pasado ha habido una buena secuencia de casos escabrosos en lo policial que bien hubieran merecido mayores explicaciones por parte de la Fiscalía para que todos los vecinos pudieran dormir más tranquilos.

Por ahí se coló un tema complicado sobre la guarda y la trata de una joven sacada del país sin la autorización del padre, que tenía la custodia; por ahí un caso de un pastor acusado de violación en el Chaco; por ahí también sentencias de militares abusadores y otros casos de orden público que requieren puntualizaciones más allá de los informes policiales.

Las ausencias del Ministerio Público aún se perciben más cuando tienen que ver con asuntos relacionados a temas políticos o de la propia judicatura. Por ejemplo, se anunció que se procesaría a los vocales que dejaron en libertad a un sentenciado por parricidio, que acabó de asesor en la Alcaldía, y que se dio a la fuga ni bien quedó claro que su caso sería revisado. Lo propio con asuntos como el famoso Puente 4 de Julio, por el que pasan los días, semanas y meses sin que pase nada salvo la poca vergüenza.

La Justicia en el país atraviesa uno de sus peores momentos, no solo por la falta de institucionalidad, pues siempre le faltó y siempre hubo quien supo aprovecharse de ella, sino porque ha llegado a niveles de moral miserables, con jueces negociando excarcelaciones de reos asesinos en serie sin rehabilitar, a cambio de un puñado de dólares.

En ese contexto, el Ministerio Público, al final dependiente de la mayoría de la Asamblea y por ende y sin eufemismos, del Gobierno, solo tiene un camino para salvarse a sí mismo, que es el de la máxima transparencia, el de abrir las ventanas y defender sus procedimientos. Es justamente el de lo público el camino que le lleva a la comprensión y aceptación por parte del ciudadano. Lo demás es aparecer por interés, promover agendas ocultas o esforzarse solo en los casos que dan réditos de cualquier tipo.

Es urgente que el Ministerio Público tarijeño refuerce su estrategia de comunicación y la planifique con detalle con el objetivo de que la información le llegue claramente al ciudadano. No es buen momento para equivocar el rumbo.

DESTACADO.- La Justicia en el país atraviesa uno de sus peores momentos, no solo por la falta de institucionalidad, sino porque ha llegado a niveles de moral miserables

 


Más del autor
Tema del día
Tema del día
Las ranas pidiendo rey
Las ranas pidiendo rey