Planificación familiar para crecer

Bolivia es un país con más del 10% de embarazo adolescente y, a la vez, está entre los que más bruscamente ha dejado procrear con un descenso prolongado de la tasa de natalidad

El 3 de agosto es el Día Internacional de la Planificación Familiar, algo que tiene que ver con el control de la natalidad en la población sexualmente activa mediante el uso de métodos anticonceptivos, de acuerdo a sus intereses y circunstancias de índole económica, social y personal y que en Tarija y en Bolivia es una cuestión vital por doble motivo íntimamente relacionado según los expertos: Somos uno de los países con más alta tasa de embarazo adolescente (por encima del 10% entre las niñas de 14 a 19 años), y a la vez, uno de los que más rápidamente está reduciendo su tasa de natalidad: De los 4 hijos por mujer que se promediaba en el 2000, se promedia apenas 2,6 ahora y hay ciudades que han entrado en tasas de crecimiento vegetativo negativo durante la pandemia.

A nivel mundial el 75,7% de las mujeres en edad reproductiva tienen sus necesidades de planificación familiar satisfechas con métodos modernos

La planificación familiar constituye un elemento clave para el ejercicio pleno de los derechos a la salud sexual y reproductiva de la población, como un componente fundamental de bienestar y libertad de las personas. En esas, es de vital importancia el diseño, aplicación y evaluación de políticas públicas, programas y estrategias por parte de los gobiernos, orientadas al cumplimiento de tales derechos, en especial a la población en situación de vulnerabilidad.

La falta de planificación en Bolivia implica que muchas familias nazcan ya desestructuradas y con problemas socioeconómicos que, después, arrastrarán el resto de su vida en la mayoría de los casos.

En la fecha, Naciones Unidas facilita una serie de datos que invitan a la reflexión y a la puesta en acción:

Para el año 2019 se estimó que de 1.900 millones de mujeres en edad reproductiva (entre 15 y 49 años) en el mundo, 1.112 millones requieren la utilización de métodos de planificación familiar. De ellas, 842 millones de personas utilizan métodos anticonceptivos y 270 millones tienen necesidades desatendidas en materia de anticoncepción.

A nivel mundial el 75,7% de las mujeres en edad reproductiva tienen sus necesidades de planificación familiar satisfechas con métodos modernos, mientras que en África Central y Occidental esta cifra no supera el 50%. Se destaca el incremento del uso de anticonceptivos en Asia y América Latina en los últimos cinco años, aunque en otras regiones como África Subsahariana sigue siendo bajo.

La planificación familiar no es solo una política para controlar el crecimiento poblacional, que en un país como Bolivia sigue siendo baja, sino sobre todo para controlar la calidad de ese crecimiento poblacional, de lograr que lleguen más en mejores condiciones.

Hasta la fecha, todas las políticas puestas en marcha han fracasado a la hora de contener el embarazo adolescente, y sin embargo no hay mayor creatividad en la propuesta y cualquier avance parece topar con la moralidad conservadora. Sin embargo, no se trata solo de facilitar el acceso a los métodos anticonceptivos sino de explicarlos y de ser capaces de construir con los y las adolescentes paradigmas de vida más responsables consigo mismos y con su futura familia. Bajar los brazos no está permitido.


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