Cuándo empieza y cuándo acaba la bonanza del gas en Tarija

De 2004 a 2014 se vivieron los años de mayores ingresos en el departamento y sus ciudades gracias al boom del gas, pero no se tradujo en un cambio sustancial de su modelo y acabó convertido en deudas y proyectos abandonados

La política tiene un enemigo duro: la hemeroteca. Hace 20 años se hacía política de cerca y por televisión, los archivos eran mínimos y casi toda la información se controlaba y se convertía en material de difícil acceso. Hoy, claro, están las redes sociales.

Construir un relato a la medida e imponer una narrativa no es tan difícil, siempre y cuando el mismo se acomode a la secuencia histórica de los sucesos, y por ello, resulta necesario recordarlos de vez en cuando.

Antes de las elecciones de 2014 el barril de petróleo bajó de los cien dólares. En las de 2015 rondaba los 60. A final de ese año estaba sobre los 30.

En Bermejo se descubrió el primer poco productor de petróleo hace casi 100 años, fue la Standard Oil entre 1922 y 1924, y no está claro el momento exacto porque para variar, fue objeto de expolio antes de ser notificado. La producción se extendió por aquellos años en toda la falda del Aguaragüe hasta Camiri, con unos sistemas muy artesanales y muy destructivos, que poco a poco se fueron abandonando.

En los 70 y 80 se recuperó la actividad hidrocarburífera, ya más concentrada en el gas. De entonces data el Bermejo X44, por ejemplo, y sería durante la presidencia de Jaime Paz Zamora, con YPFB estatizada, cuando se descubrieron los pozos de San Alberto y San Antonio, dos megacampos que permitieron impulsar el contrato de exportación con Brasil a partir de 1999.

El contrato de exportación con Brasil tenía muchas taras que los brasileros supieron aprovechar, sobre todo en cuanto al aprovechamiento de los licuables entregados a cambio de nada, hasta 2008, aun así, existe cierto consenso entre los políticos de todo signo que el contrato con Brasil ha sido el que mejores ingresos ha dejado para el país desde su puesta en funcionamiento, en 1999.

Mientras tanto vino Margarita, también en Tarija, el afortunadamente frustrado proyecto de exportación de GNL por Chile a California y finalmente el reinicio de operaciones de exportación con Argentina con un contrato solidario en 2004, renegociado en 2006 y después violentado en la gestión de Carlos Villegas al frente de YPFB y que todavía sigue vigente.

Entre 2005 y 2014 los hidrocarburos vivieron un superciclo expansivo con precios por encima de los cien dólares y que permitió al Gobierno del MAS gozar de los mayores ingresos de la historia, pero también a la Gobernación de Tarija y a sus alcaldías a través de las regalías constitucionalizadas y el IDH.

Tarija resultó ser la envidia de todo el país con sus miles de millones de bolivianos ingresando en las cuentas de sus instituciones. Fue el tiempo de las Villas Olímpicas, los parques faraónicos, las avenidas estratégicas para la especulación, etc. Al final de la bonanza, Tarija seguía sin un lugar donde tratar sus aguas servidas y en el Chaco se cocinaba a leña.

Antes de las elecciones de 2014 el barril de petróleo bajó de los cien dólares. En las de 2015 rondaba los 60. A final de ese año estaba sobre los 30. La Tarija de la bonanza se había convertido en un enorme queso gruyere, repleto de obras inútiles e incompletas, abandonadas o destruidas.

Los que dicen que saben aseguran que el tiempo del gas no volverá y que es necesario aprender a gobernar de otra manera. Quién podría imaginarse cómo estaría Tarija si ni siquiera hubiera habido una década de bonanzas, que al final, acabó convertida en deudas y fracasos.


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