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Índice de Progreso Social, una ruta para desarrollar Tarija

El documento es pues un punto de partida para una maratón que debe reunir en su largada a todos los agentes sociales e institucionales del departamento, pues es a la vez un esfuerzo por evidenciar lo que nos une y lo que nos complementa

Desde numerosos foros de reflexión económica se viene reivindicando la necesidad de crear un nuevo indicador que sustituya al Producto Interior Bruto (PIB), impuesto por la ortodoxia liberal hace demasiadas décadas, para constatar en qué modo realmente se está avanzando en el desarrollo y el bienestar de la sociedad.

Las críticas al totalitarismo del PIB surgen de derecha y de izquierda, básicamente porque el indicador tiene una perspectiva absolutamente materialista y cuantitativa y no toma en cuenta la calidad de vida o el impacto al medio ambiente, por ejemplo. La ortodoxia da por hecho que cuanto más se produzca en un territorio, más empleo y más consumo se está generando por las leyes del mercado, y que eso siempre es bueno.

Los cálculos y proyecciones respecto al PIB tienen otra serie de debilidades, básicamente porque toma como referencia el lugar donde se genera el producto, pero no donde acaban las utilidades. Para Bolivia en general y para Tarija en particular, desde donde se extraen la mayoría de los hidrocarburos de exportación, el indicador es aséptico.

Las críticas al totalitarismo del PIB surgen de derecha y de izquierda, básicamente porque el indicador tiene una perspectiva absolutamente materialista y cuantitativa

Bolivia ha experimentado en las últimas dos décadas un crecimiento del PIB considerable, encabezando el ranking de la región durante varios años, porque evidentemente se ha construido y mucho en relación al pasado, sin embargo, aunque el número de escuelas u hospitales se haya multiplicado, el PIB no mide la calidad de la enseñanza que se imparte.

La Gobernación de Tarija se puso precisamente a la tarea de utilizar un nuevo índice que se aplicara para medir el desarrollo social real que el teórico crecimiento económico estaba dejando en el territorio. Ahí surge el Índice de Progreso Social (IPS) que con buen tino ha adecuado para Tarija el equipo del secretario de Gestión Institucional, Rubén Ardaya, sobre las experiencias previas de la Fundación Inesad.

“Con los resultados de esta medición se lograron identificar las similitudes y conocer las brechas de progreso social que existen en el Departamento. Asimismo, este índice no solo permite evaluar el desempeño relativo, sino que sirve como una herramienta práctica para tomar mejores decisiones con respecto a la inversión social y a la implementación de políticas públicas” se anota en la presentación del informe, que coloca al departamento con un Índice de Progreso Social de 72.

El estudio ha permitido evaluar las condiciones de “Necesidades Humanas Básicas”, “Fundamentos del Bienestar” y “Oportunidades” en todos los municipios del departamento de Tarija, identificando así potencialidades y carencias, y trazando sin pretenderlo, una línea de acción a largo plazo que permita orientar la inversión.

El estudio, base para cualquier negociación de Pacto Fiscal, tal vez ha tardado más de la cuenta y probablemente ve la luz en un momento en el que la crisis del Covid ha destruido muchas de las mediciones, pero aún así será más real que un PIB falseado, y será nuestro.

El documento es pues un punto de partida para una maratón que debe reunir en su largada a todos los agentes sociales e institucionales del departamento, pues es a la vez un esfuerzo por evidenciar lo que nos une y lo que nos complementa. La utopía queda lejos, pero solo se alcanza andando. 


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