La caída argentina y el aguante boliviano

Los titulares de medios internacionales sobre la sostenida caída del peso argentino frente al dólar dan cuenta del dramatismo de la situación: “día negro”, “se asoma al abismo”, “en la cornisa”, entre otros. El presidente Macri la pasa mal. En Bolivia todavía aguantamos, y aunque...

Los titulares de medios internacionales sobre la sostenida caída del peso argentino frente al dólar dan cuenta del dramatismo de la situación: “día negro”, “se asoma al abismo”, “en la cornisa”, entre otros. El presidente Macri la pasa mal. En Bolivia todavía aguantamos, y aunque hay quienes no ven buenos augurios, desaconsejan la tentación de apostar contra la moneda nacional para lucrar.

La también sostenida caída de las reservas internacionales (RIN), tiene al público en vilo sobre lo que pueda pasar con el tipo de cambio, que se mantiene fijo en 6,96 desde el año 2011. Los sectores exportadores y algunos economistas ya abogan por la devaluación. El gobierno lo ve innecesario, y otros expertos lo desaconsejan. Entre estos últimos, sin embargo, advierten que la devaluación puede ocurrir de manera involuntaria.

Sea como fuere, quienes gustan de la especulación financiera o quienes recuerdan el episodio de 1982-1985, pueden estarse tentando lucrar con la devaluación endeudándose lo más posible en bolivianos para comprar dólares u otros activos reales, y esperar una devaluación tan fuerte que les permita ganar considerablemente de la noche a la mañana.

Sin embargo, los que se toman en serio el tema no piensan que este escenario vaya a ocurrir, y no creen que la especulación contra la moneda nacional sea buen negocio.

Entre los pesimistas creen que sí habrá una devaluación involuntaria u obligatoria, pero que se parecerá más a lo que ocurrió con Argentina durante el último mandato de Cristina Fernández de Kirchner que al actual mandato de Macri: una devaluación disimulada y pausada a lo largo de todo un periodo de gobierno, frente al abrupto bajón que vemos hoy en día.

Pero, ¿habrá realmente una devaluación del boliviano? Políticos y opinadores contrarios al gobierno lo aseguran, ante la caída de las RIN a casi la mitad de su valor en sólo cuatro años, pasando de más de 15 mil millones de dólares a 8.400 millones, incluyendo la jugada del encaje legal que permitió subir de los 7.900 millones de principios de abril.

Sea como fuere, aunque el Banco Central de Bolivia (BCB) sostiene que el nivel de RIN es adecuado porque “se encuentran entre las más elevadas de la región (21% del PIB al 18 de abril) y representan ocho meses de importaciones frente a 3 meses recomendados”, hay quienes advierten que, para sostener el actual tipo de cambio, las RIN deberían estar entre los 9.500 y los 10.000 millones de dólares. Y con el mismo razonamiento, afirman que el tipo de cambio debería estar entre 7,60 y 10,50.

El BCB no se ha expresado sobre este tipo de pronunciamientos todavía. Más bien, repite que la inversión pública generará un impulso a la actividad económica, el empleo y las exportaciones para recuperar las reservas.

Bolivia todavía aguanta; con artificios contables, con subidas y bajadas, y con un modelo que no se ha superado a sí mismo como se esperaba, aguanta. Si el ministro Arce Catacora puede tener razón en algo es que la economía no aguantará un gobierno neoliberal. Para comprobarlo, basta con mirar al sur, a la Argentina. Por ahora aguantamos, pero no despegamos. Es que ha faltado revolución más que mero reformismo.

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