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Abril en la coyuntura electoral

El mes de abril ha empezado fuerte. La existencia del nunca bien ponderado Abril en Tarija, un megafestival de festivales que ya quisieran para ellos muchas ciudades en Bolivia y en el mundo, está asentado en el calendario para revestir la efeméride del 15 de Abril, que además, como está...

El mes de abril ha empezado fuerte. La existencia del nunca bien ponderado Abril en Tarija, un megafestival de festivales que ya quisieran para ellos muchas ciudades en Bolivia y en el mundo, está asentado en el calendario para revestir la efeméride del 15 de Abril, que además, como está justamente en el centro, no cuesta hacer esfuerzos para consensuar si se estira hacia adelante o hacia detrás.

La idea de acompañar la gesta libertaria con cultura fue en su momento genial, lo sigue siendo, pero con el tiempo, y la lluvia de millones sobre el departamento, el mes de abril se ha convertido también en una suerte de competencia interminable de entregas de obras, sumas de millones y promesas de largo plazo. Situación que se agudiza en los años que toca campaña electoral, como es el caso.
Este año cumplimos 202 años de vida independiente. En 2017 alcanzamos el bicentenario que sirvió tal vez para reordenar amores y anhelos, recordar quienes somos y hacia donde queríamos ir, porque plata no había
Sería lindo que nuestros políticos compitieran por acudir a la mayor cantidad de actos culturales en Abril, sin embargo, lo harán una vez más por entregar la mayor cantidad de obras posibles. Entiéndase, no es que no hagan falta obras – aunque cada vez más se precisan servicios – sino que para aquellos que pretenden convertir las entregas en actos de constricción y arrepentimiento, acaba sonando forzado.

Este año cumplimos 202 años de vida independiente. En 2017 alcanzamos el bicentenario que sirvió tal vez para reordenar amores y anhelos, recordar quienes somos y hacia donde queríamos ir. La Biblioteca, el programa de becas y algunas otras iniciativas que no tienen que ver con el ladrillo – ya que por entonces la crisis azotaba fuerte - sino con el conocimiento, son tal vez el mejor de los legados. Pareció marcar una nueva senda, pero no.

El 201 aniversario se convirtió en una larga competencia de entregas sui géneris, en el que Evo Morales y su equipo cercano hicieron todo lo posible por eludir al Gobernador Adrián Oliva y no compartir agenda y que además se topó con el reclamo del 45% en Bermejo y Entre Ríos. Para redondearla, alguien consideró que abril y en Tarija era buen momento para destruir la imagen pachamamista del Presidente: firmó las leyes para explorar la Reserva Nacional de Tariquía y dio el visto bueno con su presencia a la firma de convenios para explorar con técnicas no convencionales – léase “monstruoso fracking” – en el área de Miraflores, en Chuquisaca.

En ese abril se entregó además de forma provisional el tramo Entre Ríos – Palos Blancos, uno de los de más dificultad en la vía al Chaco, pero sobre el que se habían detectado falencias en taludes, curvas y pendientes. Un año después, sin que nadie supiera cómo se recibió oficialmente, la vía se ha cortado un puñado de veces en la estación de lluvias por los derrumbes.

Este 202 aniversario llega en plena campaña electoral de todos contra todos, en una coyuntura de especial incertidumbre para el partido de Gobierno, que no parece preocuparse mucho por su votación en Tarija – las encuestas le dan su porcentaje más bajo desde 2005 – y sí por sus riquezas naturales y la generosidad de su subsuelo.

La elección nacional está lejos, más aún la subnacional y es posible que nadie gane votos ahora, pero sí los puede perder en estos tiempos de hemerotecas digitales. Ojalá que nadie se pase con las promesas y que al final, gane Tarija.

 

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