Abejas en peligro y los humanos también
Más de 20.000 especies de abejas cumplen un rol fundamental para el mundo; de hecho la producción de la alimentación y la biodiversidad mundial depende de ellas. Más aún, las poblaciones de abejas están disminuyendo radicalmente. En Bolivia y en Tarija son pocos los que se han detenido a...
Más de 20.000 especies de abejas cumplen un rol fundamental para el mundo; de hecho la producción de la alimentación y la biodiversidad mundial depende de ellas. Más aún, las poblaciones de abejas están disminuyendo radicalmente. En Bolivia y en Tarija son pocos los que se han detenido a pensar en la importancia real de estos insectos.
En noviembre de 2008 en la Royal Geographical Society of London, se reunió un importante grupo de científicos para determinar cuál era la especie más importante para la vida en el planeta. “La abeja” se llevó el mérito a “la especie más valiosa” por consenso.
Pero ¿por qué?, por un simple y fundamental motivo: La reproducción de la mayoría de las especies botánicas depende directamente de estos polinizadores. Las abejas utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentarse o para producir miel, por lo que a la vez que se alimentan y recolectan polen de los estambres de las plantas, transfieren semillas. Este tipo de relación, es un claro ejemplo de dependencia simbiótica.
Ya en el año 2015 técnicos del programa de Fortalecimiento a la producción de miel de la gobernación de Tarija, sección Bermejo, denunciaron que existe peligro de reducir drásticamente la producción apícola en la región por falta de alimento natural para las abejas debido a la deforestación.
La falta de alimento natural se debe a que el sector cañero limpia las malezas para su producción y elimina las plantas que pueden servir de alimento para estos insectos.
En la ciudad de Tarija también son factores contrarios a ellas las humaredas causadas por los incendios forestales o quemas de pasto en terrenos baldíos, además de la fumigación contra insectos que afectan las cosechas y las floraciones. A esto se suma el avance de la mancha urbana.
En 2018 la Unión Europea decidió vetar de manera definitiva el empleo de tres pesticidas que se fabrican con sustancias derivadas de la nicotina, tales como: tiametoxam, imidacloprid y clotianidina. Esta decisión llega luego de una prueba piloto de dos años y la publicación de varios estudios que aseguran que su uso está relacionado con mortalidad de las abejas.
Lo que dejan en claro los expertos es que sin abejas no habría polinización y sin polinización no tendríamos alimento. Realmente suena preocupante. Pero, ¿qué podemos hacer al respecto?
Los expertos recomiendan por ejemplo que las autoridades de cada región controlen el tipo de pesticidas que se emplean en los cultivos, con el fin de reemplazar productos de horticultura que lleven neonicotinoides por alternativas biológicas tales como nematodes o BT (Bacillus thuringiensis).
Recomiendan además crear un ecosistema de diversos hábitats basándonos en la rotación de cultivos para controlar plagas y favorecer a las abejas. Será también importante impulsar cultivos ecológicos.
La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca, son los departamentos que producen más miel y donde el kilogramo llega a costar hasta 50 bolivianos, según la calidad.
Por lo tanto dentro de las políticas para conservar a las abejas está la de localizar a los apicultores cercanos y comprar sus productos provenientes de la colmena, que además incluyen la cosmética de cera, miel, propolis y jalea real, esto con el objetivo de apoyar la crianza sostenible de los insectos.
Como podemos ver esta realidad no solo afecta a nivel mundial si no también la problemática alcanza a Tarija. Es fundamental tomar acciones oportunas.
En noviembre de 2008 en la Royal Geographical Society of London, se reunió un importante grupo de científicos para determinar cuál era la especie más importante para la vida en el planeta. “La abeja” se llevó el mérito a “la especie más valiosa” por consenso.
Pero ¿por qué?, por un simple y fundamental motivo: La reproducción de la mayoría de las especies botánicas depende directamente de estos polinizadores. Las abejas utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentarse o para producir miel, por lo que a la vez que se alimentan y recolectan polen de los estambres de las plantas, transfieren semillas. Este tipo de relación, es un claro ejemplo de dependencia simbiótica.
Ya en el año 2015 técnicos del programa de Fortalecimiento a la producción de miel de la gobernación de Tarija, sección Bermejo, denunciaron que existe peligro de reducir drásticamente la producción apícola en la región por falta de alimento natural para las abejas debido a la deforestación.
La falta de alimento natural se debe a que el sector cañero limpia las malezas para su producción y elimina las plantas que pueden servir de alimento para estos insectos.
En la ciudad de Tarija también son factores contrarios a ellas las humaredas causadas por los incendios forestales o quemas de pasto en terrenos baldíos, además de la fumigación contra insectos que afectan las cosechas y las floraciones. A esto se suma el avance de la mancha urbana.
En 2018 la Unión Europea decidió vetar de manera definitiva el empleo de tres pesticidas que se fabrican con sustancias derivadas de la nicotina, tales como: tiametoxam, imidacloprid y clotianidina. Esta decisión llega luego de una prueba piloto de dos años y la publicación de varios estudios que aseguran que su uso está relacionado con mortalidad de las abejas.
Lo que dejan en claro los expertos es que sin abejas no habría polinización y sin polinización no tendríamos alimento. Realmente suena preocupante. Pero, ¿qué podemos hacer al respecto?
Los expertos recomiendan por ejemplo que las autoridades de cada región controlen el tipo de pesticidas que se emplean en los cultivos, con el fin de reemplazar productos de horticultura que lleven neonicotinoides por alternativas biológicas tales como nematodes o BT (Bacillus thuringiensis).
Recomiendan además crear un ecosistema de diversos hábitats basándonos en la rotación de cultivos para controlar plagas y favorecer a las abejas. Será también importante impulsar cultivos ecológicos.
La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca, son los departamentos que producen más miel y donde el kilogramo llega a costar hasta 50 bolivianos, según la calidad.
Por lo tanto dentro de las políticas para conservar a las abejas está la de localizar a los apicultores cercanos y comprar sus productos provenientes de la colmena, que además incluyen la cosmética de cera, miel, propolis y jalea real, esto con el objetivo de apoyar la crianza sostenible de los insectos.
Como podemos ver esta realidad no solo afecta a nivel mundial si no también la problemática alcanza a Tarija. Es fundamental tomar acciones oportunas.
