Las exportaciones alimentan el motor interno de la economía
¿Cuál es el motor del crecimiento del PIB? Recientemente el Gobierno ha afirmado que ya no es la exportación de gas y minerales la que mueve la economía, sino la demanda interna y la inversión estatal. Varios datos (y también analistas) corroboran que hay un aumento de la inversión...



Sin embargo, el investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Carlos Arze, advierte que la evaluación del Gobierno “obvia el hecho de que tanto el mayor consumo de los hogares y el mayor gasto estatal (corriente y de inversión) son posibles gracias a los ingresos generados por el trabajo en los sectores de hidrocarburos, minería y agroindustria, principalmente, cuya demanda reside en el exterior”. Contrariamente a la visión del Gobierno, Arze considera que la importancia de los sectores extractivos (minería e hidrocarburos) es “grande y creciente”, y que el deterioro de la demanda externa de materias tiene efectos tanto sobre esos sectores como en el conjunto de la economía. “Ese efecto podría producirse, en primer lugar, por un menor flujo de inversión privada ante la perspectiva de menores ingresos o rentabilidad, situación que ya parece estarse dando en el país”, detalla el investigador.De hecho, los recientes viajes del presidente Evo Morales a Nueva York y a países europeos buscando nuevos socios para invertir en el país parecen confirmar que hay una disminución de la inversión privada extranjera, que el Gobierno quiere contrarrestar a la brevedad posible, para poder seguir mostrando “saludables” cifras de crecimiento del PIB en los próximos años.El problema principal está quizás en que los sectores de nuestra economía que más atraen a los inversionistas extranjeros son justamente los extractivos y energía, que si bien logran generar ingresos importantes para las arcas estatales, tienen escasa articulación directa con los sectores generadores de empleo. Por tanto, si estas nuevas inversiones estatales y extranjeras logran mantener el ritmo de crecimiento del PIB, será gracias al crecimiento de esos sectores y no a través del crecimiento de la capacidad de las empresas grandes, medianas y pequeñas de la economía nacional.Por otro lado, Arze considera que “la reducción de las exportaciones afectaría, vía la reducción de la oferta de divisas (entrarán menos dólares a nuestra economía), a la provisión de bienes para la inversión productiva y el consumo, debido a la elevada dependencia nacional de bienes importados de consumo final e intermedio”. Esto es porque “las importaciones equivalen casi a la cuarta parte del valor de la oferta total, aunque considerando los diferentes rubros económicos esa participación alcanza niveles mucho mayores como en el caso de los productos metálicos, maquinarias y equipos”, agrega el investigador.Vuelve el déficit comercialEl saldo comercial es medido como la diferencia (resta) entre el valor de las exportaciones e importaciones totales. Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), el saldo comercial en los dos últimos años fue cayendo tanto en términos absolutos como en términos relativos.Mientras en 2012 el saldo comercial representaba el 24% del valor de las exportaciones, en 2013 sólo significaba el 20% y en 2014 había rebajado al 14%. Para Arze, esto quiere decir que “una fracción cada vez menor del valor de las exportaciones puede ser destinada a otros usos que no sean la importación de bienes”.En sí, las importaciones en Bolivia se caracterizan por su inflexibilidad a la baja, dice el experto, lo que “en un contexto de deterioro de la dinámica productiva y exportadora de algunos sectores —ocasionado por la concentración del interés de la política económica gubernamental en el incentivo de la exportación de materias primas—, explica la vulnerabilidad de la balanza comercial de una economía tan abierta y con escaso desarrollo industrial como la boliviana”.El comportamiento de las importaciones fue diferente al de las importaciones. “Cuando las exportaciones tuvieron una tasa de crecimiento elevado las importaciones también crecieron a un ritmo similar, en cambio, cuando las exportaciones redujeron su ritmo de expansión las importaciones mantuvieron una tasa de crecimiento mayor al de las ventas externas”, explica Arze, reflejando así la inflexibilidad de las importaciones.Exportamos para poder importarDatos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que en los últimos años las importaciones de bienes de capital, equipos de transporte y artículos de consumo mantuvieron tasas anuales elevadas de crecimiento, que duplicaron las de los alimentos y suministros industriales.Según Arze, esto podría estar revelando “la profundidad de los cambios en los hábitos de consumo de algunos estratos sociales que han mejorado sus ingresos en los últimos años”.Por otra parte, los datos del BCB muestran que la propensión media a importar de los diferentes tipos de bienes (bienes de consumo, bienes intermedios y bienes de capital) se incrementó en el período 2006-2014 respecto al período 1997-2005.“Esto se explica por la orientación de la economía rentista que prioriza la producción de commodities (destinados a la exportación), en desmedro de la atención a la mejora de la producción de bienes para el mercado interno y del mismo proceso de industrialización que se ha limitado a la transformación básica de materias primas como los hidrocarburos”, advierte el investigador del CEDLA.