La FAO revela los costos del desperdicio de alimentos
Un 30 por ciento de la producción alimentaria mundial se pierde después de la cosecha o se desperdicia en tiendas, hogares y servicios de comidas, señala en un informe la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).



“Esto equivale a 750.000 millones de dólares en términos de precios al productor y casi a un billón (millón de millones) de dólares en términos del valor comercial de los alimentos cada año, ¡la mitad del PIB de Italia!”, resalta la organización.Un problema adicional son los efectos generados por los alimentos una vez desperdiciados, pues estos “continúan generando emisiones de gases de efecto invernadero y causando daños relacionados con el cambio climático”. Además, el agua virtual que contienen (el agua usada para riego de productos agrícolas, abrevadero de animales, etc.) también queda inútilmente desperdiciada. A esto se suma la pérdida de bosques por la expansión de la frontera agrícola y ganadera (que conlleva erosión del suelo, pérdida de polinizadores, peces y otro tipo de biodiversidad), todo para producir alimentos que son desperdiciados.La organización estima que los costos de estos problemas adicionales suman al menos otros 700.000 millones de dólares cada año. Pero aún hay más: los costos sociales. Estos son generados “por alimentos que nunca aportaron ni siquiera un poco de nutrición a la humanidad”, y la FAO estima que los costos sociales equivalen a otro billón de dólares anuales adicionales. Los costos sociales también incluyen los impactos de los pesticidas en la salud humana, la pérdida de medios de vida a medida que los recursos naturales se vuelven más escasos, los inducidos por la presión sobre los recursos naturales, y los subsidios gastados en producir estos alimentos desperdiciados, agrega la organización.De esta manera, estamos hablando de un total de al menos 2,6 billones de dólares anuales, lo que equivale al PIB de Francia o aproximadamente al doble del total de lo que gasta EEUU en producir alimentos. La FAO muestra también que la carne, leche, granos y verduras son los productos más costosos cuando se desperdician en términos de emisión de gases de efecto invernadero, contaminación y desperdicio de agua, valor económico y erosión. América LatinaSólo en América Latina, los costos por emisión de gases de efecto invernadero (GEI) se acercan a los 60 mil millones de dólares, y el valor económico del desperdicio alcanza los 75 mil millones de dólares. Los costos por contaminación del agua bordean los 4 mil millones de dólares, los de erosión alcanzan los 5 mil millones, y los costos por pérdida de biodiversidad y ecosistemas supera los 2 mil millones de dólares.Los costos incalculablesLa FAO advierte que los costos presentados hasta ahora son solamente los que se pueden calcular pues “el despilfarro de alimentos tiene muchos más costes que no se pueden cuantificar”. En este sentido, entre los costos no cuantificados están aquellos relacionados a “la pérdida de humedales que purifican el agua, la biodiversidad de los pastizales, el valor de los descartes de la pesca, la escasez de insumos agrícolas esenciales como el fósforo, el aumento de los precios de los alimentos debido a una menor oferta”, entre otros.Debido a la dificultad de calcular estos costos, asignar un valor monetario a los impactos medioambientales o sociales siempre será inexacto, dice la FAO, y agrega que “se mire por donde se mire, reducir el despilfarro de alimentos tiene sentido económica, ambiental y socialmente”.¿Qué hacer?La organización recomienda reducir la pérdida de alimentos sensibilizando a los consumidores. Asimismo, sugiere invertir en mejores infraestructuras post-cosecha. “Reducir las pérdidas de alimentos significa que evitamos usar los recursos naturales en primer lugar, pudiéndolos utilizar así para próximas cosechas o generaciones futuras”, resalta.Otra recomendación es que los alimentos que están a punto de desperdiciarse en el mercado pueden entregarse a tiempo a organizaciones benéficas o, “si no cumplen con los estándares para el consumo humano, utilizarse para alimentar al ganado, reduciendo así la necesidad de producir piensos”.“Cuando ahorras alimentos, ahorras los recursos utilizados para producirlos. Reducir el despilfarro no generándolo debería ser una prioridad para todos”, finaliza la FAO.
el apunte
En América Latina, los costos por emisión de gases de efecto invernadero se acercan a los 60 $ mil millones